La verdad es que hay veces que nos pasa poco respecto de lo que nos podría llegar a pasar. En el fondo el ser humano tiene un cupo de suerte razonable, aunque siempre nos parezca poca. No son pocas las organizaciones que gastan sumas importantes de dinero en productos y servicios que incrementan, aparentemente de forma proporcional, la disponibilidad de la información, la confidencialidad y su integridad en el perímetro interior de las organizaciones. Muchos gestores TIC centran sus políticas de seguridad en la protección puertas adentro pero ¿es realmente efectiva, en los tiempos que corren, una política de seguridad que solo contemple el perímetro físico interior de nuestra organización?
En mi opinión no, y si no, piensen ustedes en qué les sugieren las dos imágenes que incluimos en este comentario.
He observado varias reacciones al respecto de esta pregunta, además de la mía propia por supuesto. La reacción inicial dibuja una leve sonrisa en la cara del observador. Al cabo de unos segundos el gesto sonriente se torna en serio, mostrando una cara de preocupación. ¿Será tal vez porque vea a su organización identificada? Pues… tal vez.
El hecho cierto es que esta situación se repite constantemente, y no sólo con los hogares de directivos y de personal técnico con privilegios suficientes para tumbar las infraestructuras de su empresa. Las fronteras han caído (ver la entrada “La caída de las fronteras digitales”) y desde las áreas de seguridad debemos extender nuestras preocupaciones y ocupaciones allende los muros de hormigón de nuestros despachos. Debemos llegar, virtualmente hablando, a la casa de nuestro Director General, a la casa del Director de Recursos Humanos, a la oficina de la gestoría que nos hace las nóminas o a la red de la empresa que está desarrollándonos esa aplicación para la gestión de clientes.
En el caso del “home office” somos nosotros los responsables de establecer las políticas, de implantarlas y hacer que se cumplan. En el caso de proveedores que tratan información de nuestras organizaciones también somos nosotros los “responsables” de marcar las pautas y, aunque sea el proveedor el responsable de aplicar las medidas oportunas, nosotros deberemos velar por el cumplimiento de las mismas “deber in vigilando”
La verdad es que es sorprendente lo duras que pueden llegar a ser las medidas de seguridad puertas adentro de una organización y lo descuidadas que pueden llegar a estar las mismas organizaciones en su seguridad en el exterior. Pero no se preocupen ustedes, si hay algún problema, como ya les dije la otra vez, siempre podremos decir que la culpa es del cambio climático…