No sé si recordarán el revuelo que se armó hace unos meses, cuando Facebook decidió cambiar su política de propiedad intelectual, en la que se indicaba que el usuario concedía una licencia irrevocable y perpetua a Facebook para la utilización de cualquier contenido que éste subiese a la red social. Al final, y a causa de las presiones y el mal ambiente que se creó, Mark Zuckerberg tuvo que recular, y efectivamente los términos de uso actuales de Facebook hablan de una licencia “non-exclusive, transferable, sub-licensable, royalty-free, worldwide license”, lo cual es, dentro de lo razonable, asumible.
Imagino que conocen Tuenti, una red social de origen español que está llamada a competir con Facebook, y no sólo en número de usuarios, sino también en el uso de ciertas “licencias”. Podría decirse que estar en Tuenti es hoy en día imprescindible para cualquier universitario o adolescente que se precie. Su funcionamiento es muy similar a Facebook (por utilizar el referente más claro) incluyendo la *aparente* indefinición de un modelo de negocio claro que sustente los costes de explotación, pero se diferencia en que el acceso es por invitación, por lo que no existe la opción de crear una cuenta nueva; necesitarás que un miembro de ésta te invite. Esto garantiza que el círculo de contactos con el que te mueves en la red social es similar al del Mundo RealTM y no está lleno de gente que apenas conoces o que ni siquiera has visto en tu vida.
La cuestión es que, interesado por su política de privacidad, hace unas semanas le pedí a una amiga que me invitase, y a los pocos días leía lo siguiente, muy en la línea (pero no tan radical) de la modificación intentada por Facebook hace unos meses [Aviso Legal, Condiciones generales, punto 4, último párrafo; sólo accesible a usuarios registrados]:
Al parecer, y tal y como reporta Soitu.es, Tuenti ha manifestado su intención de cambiar dicha política, aunque sin fecha determinada: “Estamos trabajando desde hace meses con las recomendaciones europeas, las de la Agencia de Protección de Datos y ahora con los usuarios… con su feedback y nuestro equipo jurídico vamos a hacer los términos más comprensibles“. En cualquier caso, no me preocupan en exceso las implicaciones de dicha política, dado que es de esperar que una red social que vive literalmente de los datos de sus usuarios no abuse de éstos, por todo lo que ello implicaría a nivel de imagen de marca (y por tanto, de publicidad e ingresos). No obstante, el hecho de que algo así (p.ej. utilizar material de usuarios para campañas publicitarias de terceros) no se lleve a la práctica por una simple cuestión de sentido común, no quita que (a) dicha cesión de derechos esté escrita, negro sobre blanco, en el aviso legal de Tuenti, y (b) Tuenti haya considerado en algún momento la conveniencia y necesidad de tales condiciones, siendo toda una declaración de intenciones; algo así siempre deja abierta la posibilidad de uso.
Más allá de abusos, lo que me llama la atención de todo esto es la poca repercusión “mediática” que la existencia de dicha política ha tenido, y en especial si la comparamos con el caso de Facebook que les comentaba anteriormente. Hay varias teorías que barajo al respecto, no excluyentes:
1. Tuenti está formada principalmente por adolescentes y universitarios, más preocupados por estar bien relacionados que el contenido de las condiciones de uso de las redes sociales que utilizan, mientras que Facebook tiene una variedad de usuarios cuyas edades, intereses y preocupaciones es mucho más heterogénea.
2. Los usuarios de Internet del mundo anglosajón y en particular el americano, a pesar de carecer de leyes de protección de datos similares a las europeas, parecen en ocasiones más preocupados con el uso que las empresas de Internet hacen de sus datos que los usuarios hispanoparlantes, “aterrizados” en este mundo con algo de retraso.
3. Tuenti comenzó inicialmente con esas políticas de uso, en algo que puede considerarse un “o lo tomas o lo dejas”, mientras que Facebook ha intentado cambiarlas a posteriori. Esto asume que la situación inversa habría desatado las mismas reacciones en los usuarios de Tuenti, de lo que no estoy seguro.
4. El número de usuarios de Facebook es (creo) sensiblemente superior al de Tuenti, por lo que un 5% alzando la voz en una u otra parte no hacen el mismo ruido. Adicionalmente, el número de blogs, foros, o medios de comunicación que pueden servir de altavoz para quejas de usuarios de Facebook es mucho mayor que en en el caso de Tuenti, por una simple razón de hegemonía lingüistica en Internet y “potencial presencial” de una u otra red social.
5. El esquema de privacidad y derechos de los usuarios, principalmente de los “nativos digitales”, está variando hacia un esquema en el que éstos ceden de buena gana sus derechos a cambio de funcionalidad y gratuidad de uso. No obstante, no debe asumirse que en la mayor parte de las veces dicho canje, en ocasiones al borde de algunas legislaciones, es consciente y voluntario, sino que responde a una despreocupación y desinterés por parte del usuario; será interesante que dirección toman dichos nativos digitales respecto a sus derechos en el futuro, cuando la popularidad comience a rivalizar con la intimidad de la vida personal o profesional (pueden echarle un vistazo a esta entrada, esta otra, o a los libros de Daniel J. Solove al respecto: The digital person. Technology and privacy in the information age, y The future of reputation: gossip, rumor and privacy on the internet).
Por último, un aspecto que me parece extremadamente interesante en todo esto, y que valdría la pena desarrollar en otras entradas, es que el modelo “o lo tomas o lo dejas” que podría argumentarse en el caso de los términos de uso de Tuenti, responde al funcionamiento típico del mundo “analógico” (i.e. o vas con zapatos, o no entras), y no es fácilmente exportable al mundo digital y menos al de las redes sociales, en el que (i) la cesión no es siempre totalmente consciente, (ii) las implicaciones de la cesión no están siempre claras o no son asumidas realmente por el usuario, y (iii) la red social juega con una necesidad creada por parte del entorno social del usuario, que hace que no quepa valorar el “o lo dejas”.
Pongo un vídeo sobre Tuenti de uno de sus creadores explicando algunas cosas de su red social que merece la pena ver: http://www.youtube.com/watch?v=2G5iuyvwdeY
Me parece una reflexión muy completa, y creo que la explicación es mayoritariamente la teoría nº 5. Los jóvenes no saben, ni tienen interés en saber temas legales.