Desde hace unos años utilizamos a diario billetes de euro. Aunque todos los expertos coinciden en que falsificar estos billetes es difícil, seguramente por nuestras manos ha pasado, sin nosotros saberlo, algún que otro billete falso, imitaciones en muchos casos tan perfectas que únicamente prestando mucha atención -o siendo un experto- podríamos haberlas detectado. Los billetes más falsificados han sido los de 20 y 50 euros (en especial los primeros), aunque con la crisis se empiezan a falsificar también billetes más pequeños, y por tanto más fáciles de “colocar”.
Vamos a comentar en este post algunas de las medidas de seguridad de los billetes de euro que a diario circulan por Europa; y para empezar, es necesario hablar del papel del billete de euro. Está compuesto principalmente de fibras de algodón, material con una alta resistencia física, y por tanto de larga duración; este algodón es tratado para obtener una pasta a la que se añaden medidas de seguridad adicionales (fibrillas, colorante, etc.). A simple vista, podemos observar que este papel presenta carteo (el sonido característico del papel moneda), y pasando el dedo o la uña por el billete podemos notar que la tinta es más o menos gruesa en función de la zona del billete; esta última medida de seguridad es debida a la impresión calcográfica del billete en su anverso, técnica de imprenta costosa (no suele ser habitual para el falsificador disponer de una prensa con esta tecnología) que proporciona al billete un relieve característico de hasta 0,14 mm. de altura
Otra característica de seguridad son las marcas de agua. La marca de agua es una representación en el papel que se incorpora al mismo durante su fabricación; está formada por partes de diferente grosor, con lo que a contraluz los rayos atraviesan la parte más delgada con mayor facilidad, dando lugar a tintes claros, frente a los tintes oscuros de la parte más gruesa; en los euros existen tres marcas de agua: multitonal, electrotipo y de código de barras. Observando el billete al trasluz, podemos observar una imagen y la cifra que indica el valor del billete.
El hilo de seguridad de los billetes de euro es una tira de material sintético de aproximadamente un milímetro de grosor, empotrada en el papel durante su fabricación y cruzándolo transversalmente; al mirar el billete a contraluz se puede leer su valor y la palabra “EURO” (en mayúsculas) sobre una banda oscura.
Los billetes también incorporan holografía; en los billetes de 50 o más euros se utiliza un parche holográfico, mientras en los de menor valor se utiliza la banda. Al girar el billete la imagen cambia, alternando entre la cifra que indica su valor y el símbolo “€” (billetes menores) y este símbolo y una puerta o ventana (billetes de mayor valor).
También apreciables a simple vista son los motivos de coincidencia del billete. En una esquina del billete aparecen impresos en ambas caras trazos discontínuos que se complementan y forman la cifra que indica el valor del billete; estos trazos pueden observarse al trasluz, debiendo encajar ambas partes a la perfección para formar la cifra. Si ambas partes llegan a superponerse, o existe espacio libre entre ellas, estaremos ante una falsificación.
La banda iridiscente es una banda impresa en el reverso de los billetes de bajo valor, visible en función de la incidencia de la luz; al girar el billete, podremos apreciar en ella el valor del billete y el símbolo “€” (ojo, esta banda no guarda relación con la banda holográfica de la que hemos hablado antes).
Las tintas también son una característica de seguridad del euro. En los billetes de valor igual o superior a 50 euros se utiliza tinta ópticamente variable, una tinta cara que cambia de color al girar el billete; con esta tinta se imprime el valor del billete en la esquina del reverso. Adicionalmente, diferentes partes de todos los billetes de euro se imprimen con tinta ultravioleta, no perceptible a simple vista pero sí bajo este tipo de luz, de la misma forma que las fibrillas luminiscentes. Éstas son fibras sintéticas incorporadas al proceso de fabricación del papel, no perceptibles a simple vista pero sí bajo luz ultravioleta. Se encuentras distribuidas irregularmente por toda la superficie del billete, y son de color rojo, verde o azul.
Finalmente, ya para acabar, es importante que sepamos que todos los billetes de euro incorporan la firma del presidente del Banco Central Europeo (Willem F. Duisenberg o Jean-Claude Trichet); cualquiera de estas firmas es válida. Obviamente, esta medida es la más fácil de falsificar de todas las expuestas con anterioridad, pero ahí está…
Casi todas estas medidas de seguridad son perceptibles a simple vista, salvo las relativas a tinta ultravioleta; además de todas ellas, los billetes incorporan otras salvaguardas que ni se ven ni se tocan tan directamente, por lo que aunque son de utilidad para detectar billetes falsos, no lo son tanto en nuestro día a día. No se trata de analizar exhaustivamente cada billete de los que pasan por nuestras manos, sino simplemente de prestar un poco de atención y, ante la más mínima duda, comprobar la presencia de las medidas de seguridad que hemos expuesto aquí. Se trata de medidas que, conociéndolas con un mínimo detalle, nos pueden ayudar a evitar algún que otro disgusto a la hora de que “nos cuelen” billetes falsos. O eso esperamos :)