(Aprovechando que estamos en Fallas, hoy les traemos una entrada sobre seguridad en Fallas, con su toque lúdico-festivo)
Hace unos años durante una de las “Mascletàs” que se producen todos los días del mes de fallas a las 14h en la plaza del ayuntamiento de Valencia, unos delincuentes atracaron un banco cercano a la misma plaza, utilizando obviamente el ruido y las vibraciones producidos por la mascletà para camuflar el ruido producido por la alarma del banco (hay una leyenda urbana que dice que las oficinas bancarias de la zona desactivan sus alarmas durante la mascletà) y sus propias armas.
Es poco probable que exista una alarma, sonora o silenciosa, que sea capaz de diferenciar entre una mascletà y un tiroteo; las alarmas de vibración quedan inutilizadas por las explosiones pirotécnicas y dado el gentío que se aglutina en la zona es fácil escabullirse entre la gente y pasar desapercibido.
Aunque las entidades bancarias hayan incluido mecanismos para dificultar los atracos, como cajas con apertura retardada y cajeros blindados, es imposible que se pudiera evitar un robo como ese; estoy convencido que las entidades bancarias simplemente confían en la estadísticas… y en cerrar a las 13h durante la “semana fallera” :-) para evitar los robos.
Otra de las cosas que trae el mes de fallas a Valencia son las calles cortadas pero cortadas de verdad; no es que alguien ponga una valla amarilla a la entrada de la calle, no. Es que además de las vallas amarillas, la calle tiene en el medio un monumento fallero, un escenario para las verbenas, dos churrerías y un casal fallero, así como varias decenas o centenas de vecinos disfrutando, cada uno a su manera, de la falla y de la fiesta.
Supongamos por un momento el feliz acontecimiento de un nacimiento. Normalmente dicho acontecimiento suele ir acompañado de cierto nerviosismos; no por nada los futuros padres suelen tener preparada una bolsa para ella, para él y para el bebe. En Valencia, además, hay que tener preparado el trayecto ideal y un trayecto alternativo. No es normal que las grandes avenidas estén cortadas, pero en cualquier momento te puedes encontrar con el “pasacalle” de una falla que va o viene de recoger su premio y no suelen ir más de 5 Km/hora.
Ahora imaginen algo más grave, como un incendio donde pueda haber heridos, bomberos, policía, ambulancias, etc. Todos ellos deberán hacer slalom para llegar al lugar del incidente lo antes posible.
Pero las fallas se acaban y para que se acaben hay que quemarlas, la tradición del fuego si señor. Esa tradición dice que las fallas infantiles deben arder a las 22:00, las fallas “grandes” a las 00:00, la ganadora del año a las 00:30 y la falla del ayuntamiento, que representa a todos los valencianos, a la 01:00. Desde hace unos años dicha tradición no se cumple, porque hay una normativa municipal que dice que para poder quemar una falla es imprescindible que esté presente una dotación de bomberos, ya saben, “por lo que pueda pasar”. ¿Y saben que? Que pasó. En dos ocasiones un servidor ha cambiado las persianas y los toldos de su casa a costa del seguro de incendios de la falla, ya que ésta se encontraba tan cerca de los inmuebles que no era posible hacer “la cremà” de la falla sin que el calor del fuego derritiera las persianas o quemara los toldos. Por ello, todos los años las fallas contratan seguros de responsabilidad civil contra incendios, por los daños que puedan causar.
Y es que, señores, hay veces que te pongas como te pongas las cosas vienen dadas así y no hay más remedio que asumir el riesgo, ya venga en forma de falla o en forma de servidor desprotegido en la DMZ. Ya conocen la frase: “DMZ: dícese del conjunto de máquinas que todavía no han sido vulneradas” :-)
Felices Fallas.
Hemeroteca: Atraco a un Banco en Fallas.
(Imagen cortesía de hermenpaca en Flickr)