El mes pasado asistimos, en las jornadas de Eficiencia Energética organizadas por el Club de Excelencia en Sostenibilidad en Port Aventura, a una serie de conferencias en las que se presentaban mejores prácticas de grandes empresas en esta materia. Las jornadas fueron francamente interesantes y una de las conclusiones a las que llegamos al final de las jornadas es la importancia creciente de las técnicas de monitorización y gestión en tiempo real en este amplio campo, que, por si no lo saben ustedes, es una de las líneas en las que más estamos investigando y desarrollando en S2 Grupo desde la óptica de la “Seguridad de los Procesos”.
Entre las prácticas expuestas nos llamó mucho la atención la siguiente por su originalidad y por los aspectos del proyecto relacionados con la intimidad de las personas. Una de las cadenas de hoteles importantes de nuestro país ha presentado una iniciativa que desde el punto de vista de la eficiencia energética es original y muy interesante. El proyecto en cuestión es la Habitación Inteligente en la que las habitaciones del hotel en cuestión se monitorizan con el objetivo de analizar los perfiles de comportamiento de los clientes: se mide en tiempo real la temperatura y humedad, el consumo eléctrico, el consumo de agua fría y caliente y otros parámetros que pueden resultar de interés. El resultado es impresionante ya que el análisis de datos pasados nos permiten establecer patrones de comportamiento y por ejemplo premiar al cliente en el caso de que su consumo esté por debajo de lo que se considera normal para una época del año determinada o con unas condiciones atmosféricas determinadas, es decir, por el uso responsable de los recursos.
Si todo este historial lo ligamos a la tarjeta de fidelización de cliente que la cadena de hoteles tiene, resulta que asociado a la tarjeta en cuestión se puede almacenar una serie de parámetros que definen, con cierto detalle, nuestros gustos y costumbres en aras a dar un servicio cada vez más personalizado al cliente, lo que en mi opinión resulta impresionante. Personalmente creo que todo esto es bueno siempre y cuando los responsables de los proyectos de este tipo sean muy conscientes de lo que tienen entre manos y demuestren que es así abiertamente para que los clientes nos quedemos tranquilos.
La Ley Orgánica de Protección de Datos exige muchas cosas al respecto. Los datos recogidos mediante todo tipo de sensores en una habitación de un hotel, incluido los canales de televisión que nos gusta ver, definen sin duda alguna el perfil de la persona o las personas que ocupan la habitación y por tanto son, a priori, datos de nivel medio con los requisitos de seguridad que el Reglamento de la LOPD exige al respecto. Al margen del pequeño detalle de que el Responsable del Fichero tiene que implantar las medidas de seguridad apropiadas, a cada cliente, se le deberá solicitar permiso para almacenar y tratar toda esa información y por supuesto se le deberá indicar claramente la finalidad del tratamiento y si los datos en cuestión se van a ceder a algún tercero con cualquier finalidad. Conociendo lo permisivos que somos habitualmente los ciudadanos al conceder el consentimiento, me atrevo a decir que este último punto no supondría en su caso ningún problema, y menos cuando la negación de dicho consentimiento tenga como consecuencia la imposibilidad de estancia en el hotel o la inhabilitación de esta tecnología, ya que, ¿quién quiere ir a un hotel de última tecnología para no hacer uso de ella?
Claro ustedes seguro que pensarán que el equipo de ingenieros que han diseñado este servicio habrá analizado en detalle la LOPD y las consecuencias legales del servicio que están diseñando y montando. En las jornadas se hizo una pregunta en esta línea. ¿Cual creen ustedes que fue la respuesta? En fin, se trata evidentemente de un prototipo y como tal, seguro que el equipo que está desarrollando el mismo tomará buena nota, tanto de los aspectos comerciales del proyecto, como de los aspectos legales asociados al mismo. Veremos cómo evoluciona y lo comentaremos cuando encontremos novedades al respecto.
Vivimos un momento de cambio entre una sociedad de corte industrial y otra marcada por el acceso universal a la información. Evidentemente, esto genera muchas psicosis ya que analizamos sucesos de hoy con valores, parámetros y criterios nacidos bajo otro paradigma diferente. Ante esto, caben diferentes actitudes aunque muchos optamos hoy por la actitud de la “avestruz” escondiendo la cabeza ante la magnitud y velocidad de los cambios que nos abruma.
Como señala José, el desarrollo tecnológico nos proporciona hoy posibilidades dignas de un libro de Julio Verne solo hace unos años y por tanto nos obliga a gestionar adecuadamente los enormes riesgos derivados de seguir pensando como antaño o de esconder la cabeza y decir “… no pasa nada…”.
quisiera saber la problematica de los cuartos inteligentes en el monitoreo de las personas de la tercera edad