En los tiempos que corren, en la era de la digitalización global, Amazon y su kindle, los iPad, iPhones, Androids, Blackberrys y demás cacharritos, tiempos en los que si alguien todavía lleva una agenda en papel le van señalando por la calle como un apestado, nos sorprendemos cuando pasan cosas como ésta.
A veces se han implantado sistemas de gestión de la seguridad de la información corporativa potentes, bien diseñados y coordinados, pero se menosprecian riesgos tan aparentemente tontos como el hecho de que desde el momento en que imprimo una información, dejo de tener control sobre ella. Tómenlo simplemente como una reflexión para el fin de semana.