Otras tecnologías de posicionamiento… y de más cosas

Leía anoche el post de Damià sobre tecnologías de posicionamiento y no pude por menos que pensar -una vez más, no era la primera- en el nivel de control que las nuevas tecnologías pueden llegar a tener sobre nosotros y nuestra privacidad, si es que aún nos queda algo de eso. Acerca de degradaciones de la privacidad hemos hablado largo y tendido en este mismo blog, desde múltiples puntos de vista -incluso incluyendo los menos tecnológicos-, con lo que toca ahora el turno de las tecnologías de posicionamiento; en este caso, basadas en algo que, como el teléfono móvil, no está pensado exclusivamente para posicionar pero puede usarse con cierta facilidad para ello: me refiero a las tarjetas de crédito (o débito, por supuesto ;)

Las tarjetas de crédito no sólo nos posicionan en un momento determinado, a nosotros o al poseedor de nuestra tarjeta (que suele interesar que coincidan ;) sino que dicen mucho de nuestra vida; sin ir más lejos, si yo pago habitualmente la gasolina de mi coche con mi tarjeta, y casualmente suelo llenar el depósito, y además suelo hacerlo de camino al trabajo, cualquiera con acceso a esos datos puede saber (o imaginar) ya unas cuantas cosas sobre mí:

  • Zona habitual de paso. Aparentemente, Valencia; en concreto, la zona norte de la ciudad.
  • Misma gasolinera, mismo horario: suelo hacer ese recorrido a diario; si alguien quiere asesinarme, ya sabe dónde encontrarme :) Además, soy un tipo de costumbres…
  • Horario: completamente laboral, con lo que presumiblemente tengo trabajo y no puedo irme de fiesta todos los martes. Muy interesante para el banco de cara a concederme una hipoteca (¿cuál sería mi nivel de riesgo si usara la tarjeta habitualmente en zonas de copas, por las noches y de vez en cuando tuviera descubiertos?).
  • Importe. Como he dicho, suelo llenar el depósito y gracias al precio del combustible, eso se traduce en casi sesenta euros, con lo que a priori tengo un coche grande (y con estos precios, afianzo la hipótesis de que por fortuna tengo trabajo).
  • Frecuencia de repostaje. Suelo llenarlo una vez al mes, con lo que o hago pocos kilómetros o mi coche consume poco. Podría comprobarlo si tuviera acceso a los datos de otras estaciones de servicio… pero la frecuencia de repostaje, unida al importe repostado y a que teóricamente tengo un coche grande me hace pensar en pocos kilómetros. Ya os confirmo que es así (fuera de temporada de setas, claro está ;)

En resumen, simplemente con el repostaje habitual de camino al trabajo, alguien ya puede saber de mí en qué zona vivo, qué ruta sigo, mis horarios, mi tipo de coche, si trabajo o no… Evidentemente, se trata de un ejemplo simple; si nos queremos complicar, podemos fijarnos en movimientos globales durante, pongamos por caso, un mes: si me he ido de viaje, dónde he ido, si suelo comer o cenar fuera de casa, en qué tiendas compro y dónde están… Con el análisis de estos movimientos no sólo posiciono en cada uso al titular de la tarjeta -o a la tarjeta en sí- sino sus gustos, lugares frecuentados, nivel de gastos, estilo de vida, etc. Geoposicionado. Y tanto :)

Este tipo de geoposicionamiento, o simplemente información, puede resultar muy interesante en aspectos como la lucha antiterrorista (por ejemplo, para saber en qué ciudad se encuentra un sospechoso que acaba de sacar dinero de un cajero) o la detección de tarjetas duplicadas (no puedo comprar en Valencia y en Vigo con una diferencia de una hora entre ambas operaciones), pero, como siempre, tenemos el mal uso que podamos hacer de los datos derivados del uso de las tarjetas; desde publicidad dirigida hasta intromisiones en la privacidad difícilmente justificables (¿qué sucede si suelo pagar en locales de alterne o en un sex shop?). Los sistemas de detección del fraude implantados en redes de medios de pago hacen uso de esta información con fines lícitos, pero si cayera en malas manos… en fin, lo de siempre, el WikiLeaks de los pobres :)

Para acabar, si alguien se aburre, que invierta una horita en analizar los movimientos de sus tarjetas durante el último mes, verá como dicen muchas cosas de él.

Comments

  1. Hay un relato llamado el arbol de la ciencia de David Gutiérrez Rubio que habla sobre este tema, bastante curioso, merece la pena
    http://telefonica.net/web2/recurrente/cosas/arbolciencia.pdf

  2. Antonio Villalon says

    Hola Mr P :)
    No conocía el relato, voy a descargarlo y a pegarle un vistazo…

    Saludos y gracias

    Toni