En España, hay 12.000 incendios domésticos al año por electricidad, que causan un número de muertes un 50% superior al de los países comunitarios. El 67% de las casas presenta dos o más deficiencias en la instalación eléctrica, el 19% tienen un único fallo y sólo un 14% de las casas son seguras.
Este problema viene relacionado con el incremento de electrodomésticos y aparatos de alto consumo. Más de dos tercios de los hogares de la UE tienen más de 30 años, pero en España -pese al fuerte ritmo constructor- el 56% de las casas son anteriores a 1970. Según el Consejo General de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de España (CGATE) “las causas más habituales de deficiencias eléctricas son la escasa sección de los circuitos para la potencia real utilizada”. Y es que estamos obsoletos. Si tenemos revisiones obligatorias en nuestras instalaciones de gas, ¿Por qué no están reguladas igualmente las eléctricas?
“Parece claro que las explosiones, los incendios, las inhalaciones de humo… son los accidentes más graves, pero casi todos suceden o están marcados por tener malos hábitos y problemas de educación con respecto a evitar los peligros existentes en el hogar”, afirma Isabel Ávila, presidenta nacional de la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU).
En mi caso, cuando yo tenía unos 12 años, sufrimos en casa un incendio que lo arrasó todo. Literalmente. De esos que acabas en la calle, a las 3 de la mañana, en pijama y viendo como los bomberos intentan sofocar las llamas de un 6º piso. Dicen que en las casas donde ocurre un incendio raramente vuelve a ocurrir. Una parte por la lección aprendida y otra simplemente por estadística. Pero bueno, para eso están las estadísticas, para romperlas. Hace un par de años me llamó un vecino al móvil, mi balcón estaba en llamas. Un armario que tenía fuera se había incendiado, posiblemente por un cigarro tirado desde un piso superior. Pero sí, soy de esos que tiene un extintor en casa (en realidad tengo tres). Ah, y que han pasado las revisiones, detalle fundamental que puede evitarte una mala situación. Por suerte, las llamas aún no habían prendido los toldos, pero eran lo bastante intensas para tenerles el suficiente respeto. Quité el precinto, apunté a la base de las llamas y lo vacié entero. Logré apagarlo y aproveché para saludar desde el balcón a todo el curioso público que, desde que empezaron a verse las llamas, se había congregado allí abajo. Todo un espectáculo. Aún me recuerda la gente cuando paseo por el barrio :)
Por cierto, como no había ninguna toma eléctrica cercana el seguro no me cubrió los desperfectos. No existía posibilidad para el foco del incendio. En realidad antes tenía una, pero la anulé para prevenir un cortocircuito debido al agua de lluvia. Si lo llego a saber… Y también pienso lo que hubiese pasado sin tener ese preciado botellón rojo, ya que no estoy muy seguro de haberlas podido extinguir sólo con agua. Pero también estoy casi seguro que, de no haber sufrido el primer incendio en mi pubertad, no tendría ahora un extintor en casa. Como casi siempre, uno no pone medios hasta que no ocurre el problema.
Aprendemos por proximidad. Si a alguien cercano le ha pasado algún accidente que podría haberse evitado, tendemos a poner los medios para impedir que nos ocurra (espero pues que mi caso les sirva para adquirir un extintor). También carecemos de cultura preventiva. En los países nórdicos el 100% de los hogares tiene un detector de humos… ¿Un qué?, ¿en cuántos hogares españoles ha visto usted alguno? Con lo poco que valen y lo mucho que podrían evitar…
Otra curiosidad, en los últimos años los incendios caseros causados por velas se han cobrado un 750% más de fallecidos. Y es que la cultura Zen ha hecho mucho daño, también puede ser porque en IKEA venden una infinidad de tipos diferentes de velas… Y hablando de curiosidades, revisando dicho informe (DADO) me encontré con esta gráfica. Muestra el porcentaje de accidentes por tipo de deporte. Ni la escalada, ni los deportes de motor, ni los de combate… son los deportes con pelota…. Manda….
Continuando con el tema de la prevención, el otro día acudí a una de esas formaciones sobre extinción de incendios de obligada asistencia. Te das cuenta que en tu empresa se cumplen las recomendaciones, que las infraestructuras están preparadas, que hay métodos de extinción y evacuación siempre visibles, y que incluso hacemos simulacros. Extrapolemos, ¿ha hecho usted alguno en su casa?, ¿sabe su familia lo que tiene que hacer en una situación así?, y voy más allá, ¿se le ha ocurrido alguna vez hacer un simulacro doméstico?…ya…a mi tampoco.
Se podría concluir que el estar más tiempo en casa aumenta el riesgo. Estamos más preparados y más seguros en nuestro puesto de trabajo. Una de dos, o trasladamos todos estos conocimientos y buenas prácticas a nuestro hogar o dedicamos más horas de nuestro tiempo a estar en la oficina. Ustedes deciden…
Ahora que lo dices, en el piso que vivía antes teníamos dos extintores por planta y mangueras de incendio en el portal, pero donde estoy nada de nada… así de este mes no paso sin extintor(espero no tener que contaros que lo he estrenado).
Y de paso para los fumadores poco civilizados un tirón de orejas: lo de las colillas mal apagadas por el balcón es mucho mas frecuente de lo que creéis. En uno de los balcones de casa aparecen todas las semanas colillas de cigarro con parte de la ceniza, lo que indica que han caído encendidas y se han acabado de consumir en mi balcón, por lo que he dejado de tender ahí. Si por alguna de aquellas en lugar del balcón se colase por una ventana que tenga cortinas… imaginaros el resto.