Abróchense los cinturones (II)

“Su tasa de alcoholemia supera los límites permitidos, el vehículo queda temporalmente inhabilitado”. ¡Cuánto ha cambiado el panorama en las últimas semanas! Si recordamos la entrada anterior, nuestro vehículo se mostraba en predisposición de llevarnos a casa o a donde nosotros consideráramos oportuno, ahora en cambio, nos impide conducir.

¡Hola de nuevo! Tras un pequeño descanso volvemos con la serie “Abróchense los cinturones”. En nuestra primera entrega hablamos de los sistemas de seguridad disponibles en los vehículos terrestres y los clasificamos en dos grandes grupos. Por una parte tenemos los sistemas de seguridad activa (ABS, EBV/EBD, ESP, etc. ¡uff!, cuántas siglas) y por otra los elementos de seguridad terciaria (cinturones de seguridad, airbag, etc.). A su vez, agrupábamos todos estos sistemas dentro de lo que llamábamos paradigma clásico y planteamos cómo los nuevos sistemas de seguridad propician un cambio de paradigma en el que, para aumentar la seguridad, se delega la conducción en los sistemas.

Una vez hecha esta introducción abordamos el tema que nos concierne: los sistemas de seguridad vial. Empezaremos describiendo dos sistemas de seguridad activa y posteriormente expondremos el sistema eCall, una de las apuestas más fuertes en cuanto a seguridad vial se refiere. Como ya hemos indicado en alguna ocasión, el exceso de velocidad, las distracciones al volante y conducir bajo los efectos del alcohol son las principales causas de los accidentes. Como es lógico pensar, se han desarrollado sistemas de seguridad específicos para hacer frente a este tipo de causas. Veamos algunos ejemplos:

ALCOLOCK (alcohol ignition interlock): Un dispositivo instalado en el vehículo impide que éste funcione a menos que el conductor supere una prueba de alcoholemia, es decir, que su tasa de alcohol en sangre esté dentro de los límites permitidos. Este sistema consta de un etilómetro y de un sistema que controla el encendido del motor.

El sistema base presenta ciertas deficiencias ya que evalúa el nivel de alcohol antes de arrancar el vehículo pero no durante la conducción, tampoco garantiza que haya sido el conductor quien haya realizado la prueba, etc. No obstante, es posible incorporar al alcolock otros elementos que permiten cubrir estas deficiencias como pueden ser los sistemas de reconocimiento de huellas dactilares, de voz, de las pupilas, etc.

Estos sistemas se empezaron a implantar hace algunos años en EEUU en los vehículos de los conductores que habían sido amonestados repetidas veces por conducir bajo los efectos del alcohol. La instalación del sistema era opcional y permitía a los reincidentes reducir la sanción. En la actualidad existen diversos proyectos para la implantación de este sistema en algunos países de la Unión Europea. Por ejemplo, se ha anunciado que en Francia se incluirá este sistema en vehículos pesados, taxis y transportes escolares a finales de 2011. Medidas similares se han implantado en Suecia dónde el uso de alcolock es obligatorio en los transportes escolares.

Sistemas para evitar las distracciones: Los avances tecnológicos en el ámbito de la captación de imágenes y el reconocimiento de formas han posibilitado el desarrollo de sistemas de seguridad cuyo propósito se centra en evitar los accidentes de tránsito producidos por las distracciones del conductor. Estos sistemas están compuestos principalmente por tres módulos: Captación de imágenes, unidad de procesamiento de datos y sistema de alarma. A grandes rasgos el funcionamiento de estos sistemas consiste en lo siguiente: en primer lugar una o varias cámaras captan imágenes de la cara del conductor. Estas imágenes se envían a la unidad de procesamiento de datos dónde se analizan automáticamente. Este procesamiento permite al sistema conocer la dirección de la mirada del conductor, la velocidad de parpadeo y el grado de apertura de los ojos, etc. En caso de detectarse una situación peligrosa el sistema emite una alarma para advertir al conductor.

eCall: Con el slogan “time saved = live saved”, la Comisión Europea hace hincapié en la importancia de proporcionar una respuesta rápida cuando ocurre un accidente de tráfico. “ECall” es una de las iniciativas más importantes que se están desarrollando en el ámbito de la seguridad vial, que consiste en implantar un conjunto de sensores en los vehículos que, en caso de producirse el accidente, avisarán automáticamente a los servicios de emergencia indicando la posición (GPS/Galileo), el tipo de vehículo afectado, la dirección y otra información relevante a la hora de dar respuesta al accidente. Las previsiones realizadas son realmente favorables llegando a salvar más de 2500 vidas al año en Europa. En esta iniciativa se ven implicadas muchas entidades, proveedores de servicios, fabricantes de automóviles, centros de emergencias, etc.

La información que proporcionan los sistemas como eCall tiene mucho valor para los centros de emergencias, pero a su vez, también se trata de información muy “golosa” para otro tipo de compañías como pueden ser las aseguradoras. Sin ir más lejos, Mapfre ofrece el seguro Ycar que premia o penaliza al conductor en función de cómo sea su conducción.

Aquellos conductores que contraten el seguro Ycar deberán instalar un dispositivo GPS en el vehículo y a partir de ese momento se monitorizará su conducción. Toda la información captada por el sistema queda registrada y puede consultarse a través de la web. El sistema ofrece muchas posibilidades: Podemos saber dónde se encuentra un vehículo (especialmente útil si pensamos en la localización de vehículos robados), y facilita información sobre los trayectos realizados así que podemos hacer nuestros cálculos y averiguar qué trayecto nos resulta más adecuado (tiempo, consumo,…), etc.

Ahora bien, ¿qué pasa con la privacidad? Con la información recabada a través de estos sistemas es posible crear un perfil de conductor (tranquilo, agresivo, temerario, ejemplar,…). ¿Estamos hablando de datos de carácter personal? No se puede garantizar que la persona que conduce el vehículo sea quien haya contratado el seguro, no obstante los datos sí irán asociados al tomador del seguro. En cualquier caso, debemos plantearnos la siguiente cuestión: ¿Cuánto vale nuestra privacidad? Evidentemente, no podemos dar una respuesta a menos que concretemos exactamente qué información entra en juego, pero lo que sí está claro es que la privacidad empieza a ser un factor más en el mercado en cuanto a seguridad vial se refiere.

Para terminar esta entrada y a modo de conclusión, no hay que olvidar los beneficios que aportan los avances en materia de seguridad a la sociedad, haciendo especial hincapié en la importancia de gestionar la información de una forma adecuada para evitar entrar en conflicto con otras cuestiones tan importantes como la privacidad.

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