Durante el pasado viernes 18 de febrero se organizó, principalmente a través de Twitter, un ataque DDoS contra la página web principal de la Generalitat Valenciana, debido al cese de las emisiones de TV3 en la Comunidad Valenciana. Creo necesario un post dedicado a este ataque, primero porque se ha materializado en nuestra Comunidad y segundo porque es un buen ejemplo (más) del uso de redes sociales -o Internet en general- para organizar este tipo de acciones de forma rápida, sin ningún tipo de coste y sin un respaldo considerable detrás; vamos, que se demuestra una vez más que con una conexión a Internet, un pequeño grupo -o grande, quién sabe- pone en jaque, o al menos en alerta, a todo un gobierno autonómico…
El ataque en cuestión consistía en utilizar la herramienta LOIC (y Mobile LOIC, desde páginas de PasteHTML) para generar tráfico masivo contra la web de GVA, proporcionando instrucciones detalladas de cómo utilizar el programa. Todo esto a una hora concreta: las 19:30 del viernes, aunque finalmente hubo algo de jaleo con la hora y parece ser que el ataque se adelantó -al menos parcialmente- a las 18:30… Además de Twitter, se utilizaron canales de IRC web para coordinar el ataque, así como grupos de Facebook y otras redes sociales. Los organizadores de la convocatoria utilizaron el nombre y la imagen de Anonymous, aunque posteriormente este grupo se desmarcó de la acción contra GVA en un comunicado en su propio blog.
Bajo mi punto de vista es necesario destacar algunos aspectos de esta acción; el primero, por supuesto, la ética (o falta de) de la organización: señores, podemos estar de acuerdo o en contra de una ley, de una decisión, de un decreto… y, si no nos gusta, protestar. Pero protestar con los instrumentos que tenemos en un pais civilizado, como quiero creer que es España, para hacerlo, no tumbando webs, acto que con la modificación del Código Penal operada por la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, se considera ilegal (IMHO, no soy abogado, claro está). Y sobre todo, no tumbando webs cuya degradación afecta a los ciudadanos de a pie mucho más que al gobierno al que se quiere atacar.
Otra cosa que me sigue llamando mucho la atención de casos como este, a pesar de los años, es la falsa sensación de impunidad y anonimato que transmite Internet; como estoy tranquilamente en mi casa y nadie me ve, puedo decir y hacer lo que quiera, incluso llamar a cometer delitos a través de Twitter… Aparte de que con las debidas órdenes las direcciones IP son trazables -otra cosa es lo que luego determine un juez sobre la culpabilidad o inocencia de un acusado-, analizando con cariño alguno de los perfiles que incitaban el viernes a atacar a GVA podemos obtener casi el DNI y el teléfono de la persona en cuestión (exagerando un poco, claro está). No puedo hacer un llamamiento con un perfil en el que tengo mis fotos, mis contactos, los lugares frecuentados… si quiero que luego no me pillen. Algo un poco surrealista, pero que sigue sucediendo en este y otros ataques.
Finalmente, desde el punto de vista técnico, el ataque tuvo poco o ningún éxito; la página web principal de GVA -a pesar de lo que muchos dicen por ahí- tuvo pequeños problemas intermitentes a lo largo del día, problemas que de no haber sido por la publicidad de la convocatoria apenas se habrían notado. Tampoco se registró en ningún momento un downtime de tres o cuatro horas, como he llegado a leer en algunos medios. El ataque no aporta nada nuevo: intento de saturación de un servidor por conexiones de red y poco más, al menos por ahora; ataque burdo cuyo único éxito depende de la cantidad de atacantes, no de la complejidad técnica del mismo o del aprovechamiento ingenioso de una vulnerabilidad… Me atrevo a decir que de momento no ha sucedido nada grave; este es quizás el equivalente, en el terreno virtual, al asalto a la central nuclear de Cofrentes esta misma semana, por parte de activistas de Greenpeace: un ataque que apenas compromete nada y que tiene más repercusión mediática que otra cosa. Quizás sea eso lo que buscaban los organizadores, a saber…
Para acabar, al margen de todo, hay que destacar la “rigurosa” cobertura por parte de los medios de comunicación: Levante-EMV hablaba de la página “hackeada”, Las Provincias o El Pais del PP como próximo objetivo y de Anonymous como el grupo organizador, El Mundo de “ataques hacker”… en fin, periodistas. Sin comentarios. Este colectivo, o parte de él, merece un post propio en este mismo blog, por supuesto dentro de la serie GOTO :)
Hoy día, tras el éxito y notoriedad alcanzados por los ayaques de anonymous, cualquiera que sea capaz de emular su comportamiento, sabe que tiene a su disposición una manada de devotos borregos dispuestos a seguir fielmente sus instrucciones contra un objetivo común.
Llama la atención, como decías, la falsa sensación de impunidad y anonimato que transmite Internet, alimentada además por los convocantes del ataque.
Resulta sorprendente lo que en las FAQ de LOIC se puede leer:
“Q: “Will I get caught/arrested for using it?”
A: Chances are next to zero. Just blame you have a virus, or simply
deny any knowledge of it.” (conmovedor)
Pero en nuestra mano está el ir acabando poco a poco con esa sensación de impunidad. A las pocas horas de iniciarse el ataque, comparecía la Consellera de Justicia y AAPP en rueda de prensa para anunciar que se iba a actuar contra quienes estuvieran participando en el. Y material e instrumentos para ello, no nos faltan.
La Justicia llega tarde, pero llega. No se en qué terminará todo esto, pero alguno de por aquí cerca va a llevarse una sorpresa.
Im-presionante lo de “just blame…”