Voy a proponerles un sencillo ejercicio. Levántense de su silla (aprovechen para estirar las piernas) y diríjanse a la máquina expendedora de refrescos y snacks de su empresa. Busquen el display que muestra la selección de producto etc. (suele estar a la derecha). Lean la temperatura a la que, supuestamente, se almacenan los productos allí expuestos. ¿Qué valor encuentran? ¿Diez, quince grados? Ahora busquen los dos o tres sándwiches que, seguramente, están a la venta. Si fuerzan un poco la vista, verán que en el frontal de cada envase hay un letrero (en el caso que me ocupa, sobre fondo amarillo o rojo, para hacerlo más ilegible) que dice lo siguiente: “Conservar entre 0 y 5 grados”.
Éste es un test que no suele fallar, no importa la empresa en que se encuentre la máquina, ni la distribuidora que se encargue de la misma (si alguien encuentra un caso en que no sea así, por favor díganmelo y le haremos la ola). No alcanzo a comprender qué problema tiene la empresa de vending en fijar una temperatura más baja, ya que al fin y al cabo es el cliente el que paga la factura eléctrica, pero así es la cosa. En una ocasión (y otra empresa) cuando me quejé de esto, me respondieron con contundencia: (1) nunca ha pasado nada (2) nadie se había quejado antes y (3) “me parece que en los envases ponen una temperatura más baja de lo necesario, por precaución”.
En medio de la crisis del E-coli y cuando se ha visto que, después de todo, la cucurbitácea hispana no tenía la culpa, sería necesario poner un poco más de énfasis en la seguridad de la cadena alimentaria. Me comenta una amiga bióloga desde un prestigioso centro de investigación agroalimentaria, que los agricultores y comercializadores sufren auditorías constantes contra normas de buenas prácticas agrarias y de seguridad alimentaria, porque si no ¡a buenas horas habrían mordido los alemanes un pepino español! Sin embargo, la seguridad hay que mantenerla a lo largo de toda la cadena, aunque ésta traspase nuestras fronteras (o especialmente si lo hace: recordemos el caso de las bayas de goji chinas).
Volviendo al tema con el que arrancábamos, aunque el fabricante hizo lo correcto etiquetando sus sándwiches, de poco le serviría si éstos fueran la causa de algún brote infeccioso, porque su reputación quedaría perjudicada igualmente. Sin siquiera haber llegado a ese extremo, en este momento puede estar perdiendo clientes por un motivo ajeno a su voluntad. A nosotros siempre nos quedarán las rosquilletas…
En la nuestra está a 3,6º, por lo que pasamos :-)
Quizás la solución sea el uso de etiquetas que tracen la temperatura del alimento durante toda su vida. Si se sale del rango especificado, un indicador se pone en rojo. Estamos trabajando en un proyecto europeo que se plantea este tipo de cosas. Esto que digo, en particular, ya es tecnológicamente posible.
Pues tienes toda la razón pero por lo general nadie se fija en estas cosas y seguro que los pocos que se fijan al final son tachados de “tiquismiquis”… hasta que pase algo gordo claro.
Eneko. Tu tienes suerte!!! :) Aquí esta a 10 grados aunque también es cierto que no hay sándwiches.
Lo que si me parece raro es que las indicaciones sean “conservar entre 0º y 5º”. Si pongo la máquina a 0º estaría haciendo lo correcto siguiendo las indicaciones del fabricante pero ¿no se congelarían?
La verdad es que es una observación francamente buena. Evidentemente tienes toda la razón. Una de dos: o los sandwiches no es necesario que estén entre 0 y 5 grados, o están para tirar a la basura. Si no tienen que estar a esa temperatura ¿para qué lo ponen? ¿para curarse en salud si ocurre alguna desgracia? Seamos serios. Supongo que lo que pasará es que tendrán que estar a esa temperatura y los señores de la máquina de vending se lo pasan por el forro de la chaqueta.
Una solución es la que propone Miguel
Otra podría ser la monitorización en tiempo real de los parámetros de funcionamiento de las máquinas de vending acorde a los productos que almacena.
La tecnología actual permite hacer todo esto. La cuestión es que decidamos los usuarios plantarnos y exigir, en este caso, un poco de “Seguridad Alimentaria” Está bein hablar del concepto de “Internet de las cosas”. Cuando se trata de cuestiones tan serias como son la conservación de los alimentos debemos de pasar de la palabra a la acción.
Pero si el problema es muy simple: Si pones la máquina a 3º, el resto de las cosas que hay en la máquina están demasiado frías. Y como sacan más pasta de los snacks que de los sandwitches, pues…. eso, a pasar calor.
@paco, si fuera así de sencillo ¿por qué se molestarían en poner sandwitches? A mí me da la impresión de que es más un problema de dejadez que de otra cosa.
@fossie, a 0 grados el agua cambia de estado (o sea, que está a la vez sólida y líquida). En todo caso, los sandwitches no son sólo agua.
En todo caso, hoy empieza el verano y nosotros estamos sin máquina desde ayer. Espero que pronto encontremos una empresa de vending más responsable, que seguro que las hay (quizás Eneko nos pueda dar una pista…)