Esaú vendió a Jacob su primogenitura por un plato de lentejas. Cuando, de pequeño, me contaron esta historia, siempre me pareció que la había vendido barata y eso que no tenía muy claro qué cosa era una primogenitura ni por qué alguien podría querer comprarla. La justificación de Esaú es que tenía mucha hambre y poca paciencia.
Nosotros, hoy en día, estamos vendiendo nuestra privacidad por un plato de funcionalidades que nos proporcionan cocineros como Google, Apple, Dropbox, Microsoft, Sony y muchos otros. Nos tientan con posibilidades de usar nuevas aplicaciones muy atractivas, absolutamente imprescindibles ¿Cómo no voy a proclamar a los cuatro vientos dónde me encuentro en cada momento o lo que estoy haciendo? y a cambio de algo que apenas tiene valor ¿Para qué querrán saber quiénes son mis amigos o a qué contactos les envío emails? ¿o sí lo tiene?
Hoy mismo he visto una noticia en CNN, según la cual, Jeanette Horan, CIO de IBM, ha prohibido a los empleados de la multinacional el uso de Siri en sus iPhones porque “La compañía está preocupada porque las peticiones dictadas a Siri podrían almacenarse en algún sitio”. Of course, Ms. Horan, las peticiones se redirigen para su procesamiento a un centro en North Carolina y no está nada claro qué ocurre con ellas allí, en las entrañas de la bestia.
Claro que, si leemos las condiciones del acuerdo de licencia de software “When you use Siri or Dictation, the things you say will be recorded and sent to Apple in order to convert what you say into text” nos quedamos mucho más tranquilos. Porque somos todos un poco inconscientes. Y no sigo leyendo el acuerdo porque, en primer lugar, me aburro y, en segundo, nadie iba a escucharme. Bien se dice por ahí que la mentira más grande de Internet es “He leído y acepto las condiciones de uso”. Hasta tiene página en Facebook.
Y entonces, ¿qué hacemos? ¿renunciamos a las funcionalidades que a tan bajo precio nos ofrecen estas empresas tan magnánimas? La verdad es que nos ayudan mucho en nuestro trabajo y en nuestro tiempo de ocio. Nos permiten comunicarnos con mucha más facilidad y compartir nuestra vida con nuestros compañeros, familia y amigos. No seré yo quien les recomiende no usar todas estas posibilidades. Entre otras cosas, porque tengo hijos y sé cuándo un consejo es inútil.
Eso sí, recuerden que la sabiduría popular dice que “nadie da duros a cuatro pesetas” (para los nacidos en pleno euro, “nadie da euros a 80 céntimos”) y, por tanto, está claro que estas empresas van a “monetizar” la información que tan despreocupadamente les cedemos. Que eso nos perjudique o no, depende del uso que hagan y, desgraciadamente, no estamos en absoluto protegidos ante sus abusos.
En conclusión, mi consejo es que sean conscientes de cuál es la situación y asuman los riesgos con conocimiento. Ni más, ni menos. Si no los entienden, pregunten. Y si no, despreocúpense… peor sería ser ganador de un Premio Darwin.
Qué desconfiado eres Miguel…
Precisamente hace unos dias al gerente de mi empresa se le puso entre ceja i ceja utilizar dropbox para trabajar en un proyecto comunitario.
Yo como soy muy paranoico de la privacidad, no tenia claro el utilizar esa herramienta pues todos te dicen que no harán uso ilegitimo de tus datos pero quien les controla?
Total… que quien paga manda y tuve que instalar dropbox ademas de comerme las lentejas y mis dudas de postre.
Que duro es mentalizar a los usuarios despreocupados de la importancia de la privacidad.
Rezare para que no pase nada.
Una muy buena reflexión, compro la entrada entera y me parece de lo mas pragmático logico y coherente que he leido sobre le tema
“… mi consejo es que sean conscientes de cuál es la situación y asuman los riesgos con conocimiento.”
Parto de la base que la misión del personal de seguridad no es creer que la empresa o los datos son suyos, sino alertar de los riesgos y proponer medidas paliativas al dueño del mismo, por eso me parece la frase antes citada un compendio perfecto de esta postura
Enhorabuena por la entrada
Un saludo
@Fernando, no soy tan desconfiado como otros, aunque sí un poco escéptico a veces. Y, desde luego, tengo claro que las empresas siempre tienen intención de hacer negocio con nuestros datos. Unas veces, legítimo y otras, no tanto.
@Kutastre, IMHO, no es nada bueno que los usuarios nos vean como paranoicos de la seguridad (ya entiendo que lo dices como una exageración). Nuestra actitud debe ser la de explicar los riesgos y orientar sobre la forma de minimizarlos sin ser un obstáculo para que el usuario consiga sus objetivos de negocio, sino todo lo contrario. Por ejemplo, es mucho mejor decir: “dropbox no es muy seguro, por lo que, si vas a compartir información que no quisieras ver publicada en cualquier sitio, sería mejor que usaras X o que tuvieras tales precauciones” que algo como esto… “estás loco?! si usas dropbox q te van a robar toda tu información” porque, en un alto porcentaje de casos, no pasará nada y te quedarás como Pedro y el lobo.
@Guillermo, gracias, puesto que estás de acuerdo en todo, no puedo estar más de acuerdo contigo ;-) Perdón por el chiste
Mi comentario era totalmente irónico, Miguel. Sabes lo que pienso sobre el tema. Ninguna empresa que pone de manera gratuita sus medios para que hagamos cosas lo está haciendo de manera altruista y desinteresada. Ninguna.
Genial Miguel. Estamos vendiendo nuestra privacidad, a veces sin probar si quiera las pocas lentejas que nos dan a cambio. Me pregunto cual será el número medio de aplicaciones en las que la gente se registra proporcionando sus datos y que luego no llega casi ni usar.