(N.d.E. Nótese que al “rootear” el móvil se estan deshabilitando las medidas de seguridad impuestas por el fabricante, lo que provoca una exposición del teléfono móvil. Por tanto, solo se recomienda “rootear” el dispositivo a los usuarios avanzados. Y estos deben recordar que algunos fabricantes aseguran que la garantía quedará anulada en caso de modificación del teléfono)
Hace poco tuvimos una conversación mañanera frente a la máquina de café sobre las bondades y maldades de conseguir permisos de administrador (en adelante “rootear”) en dispositivos android, y en la cual la verdad es que no llegamos al consenso.
Para quien no sepa de qué hablamos, los dispositivos android por defecto tienen limitadas algunas funciones con la doble finalidad de, por un lado evitar que el usuario “rompa” su sistema operativo por manazas, y por otro limita la interacción de las aplicaciones con el sistema operativo para evitar que aplicaciones maliciosas puedan hacerse con el control del terminal.
Hasta aquí todo parecen ventajas, pero si además añadimos que limita que se haga un uso inadecuado de los componentes como puede ser subir la velocidad del procesador arriesgándonos a socarrar el terminal (y perder la garantía), parece que poco podemos argumentar a favor de rootear.
¿Entonces para qué sirve rootear? ¿Para poner aplicaciones sin pagar? Nada que ver. En contra de lo que muchos piensan, el instalar aplicaciones pirata no tiene nada que ver con rootear el terminal: es más, cualquiera que tenga el dispositivo rooteado se cuidará muchísimo de instalar aplicaciones de fuentes “poco fiables”. Rootear un dispositivo con android nos sirve para tener el control total sobre el mismo y poder hacer tareas o habilitar funcionalidades que de otra forma no podríamos hacer.
La principal y más cómoda, al menos para mí, es poder utilizar la aplicación Titanium Backup, la cual hace una copia de todas las aplicaciones del sistema y sus datos permitiendo restaurar aplicaciones corruptas, datos perdidos, o trastear tranquilamente con el terminal sabiendo que pase lo que pase en 5 minutos puedes dejarlo todo restaurado, desde los fondos de pantalla y los SMS, hasta las aplicaciones con sus configuraciones.
Otra aplicación muy interesante es LBE Privacy Guard la cual nos permite quitar permisos a las aplicaciones para que no puedan por ejemplo enviar SMS, conectarse a Internet, u obtener datos de geolocalización. ¿Sabes que aplicaciones como Shazam, Skype, o IMDB tienen permiso para saber dónde estás? No sé para qué lo quieren pero LBE me da la opción de retirarles este permiso.
Existen muchas otras herramientas que necesitan ser root para funcionar: aplicaciones para eliminar aplicaciones preinstaladas, limitar acceso a Internet, acceder a los logs del terminal, hacer overclock al procesador o incluso poder conectar dispositivos como memorias USB o pads para juegos.
Para quienes no necesiten ninguna de estas funcionalidades (la mayoría de los usuarios) no tiene mucho sentido invertir tiempo en rootear el dispositivo ya que, aunque es una práctica relativamente extendida, según el terminal puede ser un proceso delicado y complicado, pero para quien tenga tiempo y le guste exprimir su terminal no lo veo tan peligroso como puede parecer. Si se piensa fríamente es equiparable a tener la contraseña de administrador del PC de casa y funciona muy parecido al control de cuentas de usuario de Windows o al sudo de Linux: cuando una aplicación se va a ejecutar como root el terminal te avisa y te pide permiso.
Así pues, y a mi modo de verlo, podemos rootear el dispositivo con unas garantías equiparables a las de un ordenador siguiendo una serie de normas de sentido común: no dar permisos de administrador a aplicaciones que a priori no deben tenerlo, jamás instalar una aplicación pirata que necesite permisos de root, y utilizar solo aplicaciones que provengan de fuentes fiables.
Más de uno se me echará al cuello diciendo que el Google Play no es una fuente fiable, que no disponemos del código fuente de esas aplicaciones que se ejecutan como root, o que los antivirus para móviles están demasiado verdes como para poder navegar seguros, pero también es cierto que en mi vida he visto el código fuente de nada que haya instalado en mi móvil o PC y que el no rootear no garantiza que el día de mañana no salga un exploit para escalar privilegios y que las aplicaciones se hagan root por sí mismas.
La solución ideal sería que Google implementase en el sistema operativo todas las características de estas aplicaciones, o que dejase que ciertas aplicaciones se ejecutasen como root (tal vez firmándolas), pero mientras llega alguna solución yo rooteo.
Y las ventajas de poder tener la última versión de Android…rootear sirve para medidas de seguridad tanto a nivel de copias de seguridad como de tener los últimos parches.