Cuando pude reponerme del susto, analicé la situación. Era difícil pensar qué hacer con el ensordecedor sonido del motor revolucionado, el claxon y la música en los altavoces. El airbag se había activado, todas las luces se encendían y apagaban y empezaba a salir humo negro del capó. El ambiente estaba impregnado de un fuerte olor de los discos de freno, en la consola había un símbolo con una calavera sonriente, sentí miedo e intenté abrir la puerta. Estaba bloqueada y me envolvió el pánico. Una luz cegadora iluminó el interior, un fuerte golpe y todo quedó en silencio. Alguien abrió la puerta y me habló.
Desperté solo en el hospital e hice un esfuerzo por recordar qué pasó en los segundos previos al accidente. Circulaba tranquilamente por la autopista, música clásica, climatizador, “cruise control”…, sólo recuerdo un inesperado frenazo, pero no qué pasó antes. Me entró ansiedad. Necesitaba una imagen que rellenase la transición entre la paz de un paisaje de carretera y la razón de la frenada.
Soy comercial y me considero una persona prudente. He valorado mucho las ventajas que te aporta la tecnología en el automóvil y he considerado estos aspectos a la hora de cambiar de coche. ¡Mira que te gustan las pijadas!, me dicen mis amigos.
Fíjate que, recomendado por un compañero que sabe de esto, me compré una especie de “Tomtom” que, además de funcionar como navegador, me permite ajustar la velocidad de crucero a la máxima de cada tramo de carretera, cierra las ventanillas cuando salgo del coche, activa el bloqueo de las puertas traseras y el maletero independientemente del resto, hace de manos libres y baja la música cuando me llaman, reconoce voz, … y me aporta un montón de gráficas de rendimiento del motor y optimización del consumo, con las que ya me pierdo. El GooglePlay es una mina de virguerías para coche, ¡y todo gratis!
No tardaron en darme el alta y, aunque me enervaba el no recordar esa imagen que me faltaba para encontrar la razón del accidente, el estar vivo y tener un seguro a todo riesgo en el renting, que iba a cubrir todos los gastos y sustituir el coche por otro nuevo, contribuía a que mirase hacia delante y borrase esa obsesión.
Días más tarde, recibí una carta certificada de la “Compañía”:
“Lamentamos comunicarle que rescindimos el servicio con Vd. y le vamos a reclamar judicialmente los gastos del siniestro y el valor residual del vehículo. Nuestro perito ha considerado que ha incumplido las cláusulas del contrato que prohíben la conexión de dispositivos no homologados por el fabricante al sistema de control del automóvil”.
Mi compañero, con una complicidad insultante, me dijo: ¡Eso es que te lo han “hackeado”, tío!
¿Cómo? ¿He incumplido las cláusulas del contrato? ¿Me lo han “hackeado”? Parece que todo el mundo tiene claro qué está pasando, pero yo no. En cuanto tenga más información os la haré llegar.
No se si se tratará de un hecho real o de una ficción pero por si las moscas… mejorate tio!!!!
Respecto a que te puedan hackear el coche pues como posible si que es posible pero son los fabricantes los que deberían poner medidas de seguridad para que eso no suceda y no deberia ser posible que alguien pueda descargar una aplicación en su dispositivo y “controlar” el coche. Una cosa es leer la velocidad y otra es controlarla. El usuario siempre debe tener el control de su coche y, a no ser que este usuario hiciera alguna conexión extraña (directamente a la centralita del coche) no creo que haya incumplido ningún contrato. ¿Si yo conecto un movil por bluetooth al coche y ese movil no esta en la lista de los verificados por el fabricante ya estoy incumpliendo las normas?
Lo que me parece es que el seguro quiere ahorrarse el dinero.
Hola, “fossie”.
Como deducirá en el título, este es el primer post de una serie sobre el reto de la seguridad en los coches.
En el siguiente, que tengo ya saliendo de la cocina, les contaré cómo es posible que suceda algo como lo descrito, por lo que espero responder a sus dudas.
Respecto al relato, por descontado que es de ficción y sólo pretendo alertar de este problema, sobre lo que ya se ha escrito mucho. En cuanto al seguro, quizás sea lo menos importante, teniendo en cuenta el daño involuntario que se podría causar.
Muchas gracias por su comentario y espero que disfrute en breve de los siguientes.
La verdad es que dudo que hoy por hoy exista algo siquiera parecido. Demasiadas funcionalidades y encima aplicaciones de Google Play que interactúan directamente con el coche, cuando todo el mundo sabe que son un nido software malicioso :)
Aún asi, no pasará mucho tiempo antes de que veamos cosas parecidas.
Mejórate ^^
Yo también he dudado si era real o no. No sería tan difícil ver un malware que infectase un coche que ya casi son ordenadores.