Supongo que todos nuestros lectores habrán oído hablar de un programa televisivo llamado Gran Hermano. Ese programa en el que un número de individuos entran a una casa en la que serán constantemente grabados y observados las 24 horas del día. ¿Les suena? Bien pues la semana pasada fue la final de Gran Hermano 14, se nombró a la ganadora y se cerró la casa.
Esto me ha hecho reflexionar… Todos los que nunca nos hemos presentado a un casting de Gran Hermano porque no queremos ser grabados las 24 horas del día, no queremos que se escuchen nuestras conversaciones… ¿Lo conseguimos?
Pensemos en un día totalmente normal en la vida de cualquiera de nosotros, ayer, por ejemplo:
“Salgo de casa por la mañana para venir hacia el trabajo y entrando a Valencia quedo registrada en las cámaras de videovigilancia de tráfico; desde que aparco el coche hasta que entro en S2, si paso por la fachada de algún edificio oficial, también seré grabada; y en mi lugar de trabajo hay cámaras de seguridad. Después de mi jornada laboral, si voy de compras, muy posiblemente también sea grabada; incluso si pago con tarjeta quedarán registrados mis datos… Si voy al gimnasio (en muchos de ellos también las encontramos) también puedo ser grabada, si cojo un taxi, (Como comentó Manuel Iranzo en su entrada Regulación de la Videovigilancia) o si voy al cajero automático.”
Pero es que además a todos estos concursantes no sólo se les graba, sino que hay gente al otro lado de esas cámaras visionando en directo todos sus movimientos. ¿Quién está detrás de las grabaciones que se nos hacen a nosotros? ¿Qué se hace con esas imágenes? ¿Quién las visiona en tiempo real? ¿Se destruyen o se almacenan? ¿Están estos sistemas debidamente protegidos?
Estos concursantes no sólo son grabados, además son conscientes de que se están transcribiendo e incluso publicando sus conversaciones… ¿Nos pasa a nosotros algo parecido o nos libramos de todo esto?
Piensen un segundo: ¿qué solemos oír antes de que nos pasen con una operadora en cualquier compañía telefónica? “Para una mejor atención esta conversación podría ser grabada…” (o mensaje similar, en el caso de que tengamos suerte y nos pasen con un operador, pero este es otro tema). Y esto no es todo. Aunque no lo parezca, nosotros tenemos la posibilidad de ser espiados a través de un medio al que estos concursantes no tienen acceso: Internet. En este caso, cuanta más información volcamos voluntariamente en Internet, más fácil lo ponemos.
Bien, vayamos por partes. En cuanto al tema de la imagen, evidentemente, nosotros también somos grabados, pero con fines totalmente distintos. Personalmente no me preocupa que me graben si es para mejorar la seguridad, pero siempre dentro de unos límites (el problema muchas veces es quién y cómo se ponen esos límites). Lo que verdaderamente me preocupa es el mal uso que se le pueda dar a toda esa información. Debemos saber que la protección de nuestra imagen está contemplada en la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) al tratarse de un dato de carácter personal. Por ello la asociación de vecinos, tienda, banco o en definitiva, cualquier local que esté recogiendo mis imágenes pasa a ser responsable de un fichero que debería ser registrado ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) como cualquier otro fichero con datos de carácter personal (en este link podrán comprobar los ficheros que han sido dados de alta), se deben destruir al mes y además se deben tomar las medidas de seguridad oportunas; de forma muy similar debería tratar cualquiera de las compañías telefónicas mis conversaciones.
Más allá de estos casos (y algún otro caso de nuestra vida cotidiana) podemos pensar que hay otras situaciones en las cuales podemos ser grabados o “espiados” (esto ya depende del nivel de paranoia de cada uno) y por las noticias que han salido a la luz en los últimos días parece que no es tan inverosímil que esto ocurra o haya ocurrido.
Recapitulemos. En la primera semana de Junio pudimos leer en The Guardian y en The Washington Post que la NSA (Agencia Nacional de Seguridad de EEUU) y el FBI tienen/tuvieron acceso a millones de registros telefónicos de la empresa Verizon mediante una orden judicial secreta (hasta ese momento). Entonces la Administración Obama reconoció que está manteniendo una gran cantidad de registros telefónicos de al menos una compañía y ha defendido esta práctica por su fin: la lucha contra el terrorismo. (En este punto también sería interesante informarse sobre la Ley CISPA)
El excandidato presidencial Al Gore calificó la orden de escandalosa y dejó en su cuenta de Twitter el siguiente mensaje: “En la era digital, la privacidad debe ser una prioridad. ¿Soy sólo yo, o es esta vigilancia secreta obscenamente indignante?”.
Posteriormente, los periódicos revelaron un programa secreto conocido como PRISM que permite a la NSA y al FBI recolectar datos directamente en los servidores centrales de 9 grandes empresas de internet con la aprobación de éstas (incluidas Google, Facebook, Microsoft o Apple) para espiar contactos en el extranjero de sospechosos de terrorismo. Aunque las empresas nombradas negaron su participación en PRISM, días más tarde algunas de ellas publicaron comunicados en los que decían haber facilitado información al gobierno estadounidense siempre bajo orden judicial. Veamos algunos casos.
Facebook ha reconocido a través de un comunicado firmado por su consejero legal, Ted Ullyot, que en los últimos seis meses de 2012 recibió entre 9.000 y 10.000 peticiones de información privada por parte de las autoridades estadounidenses. Unas declaraciones que llegan días después de que Mark Zuckerberg afirmara que la empresa nunca había formado parte de un programa que diera acceso a las autoridades a sus servidores.
Por su parte, Microsoft comunicó que en el segundo semestre del pasado año recibió entre 6.000 y 7.000 peticiones de información por parte de las autoridades estadounidenses, que habrían afectado a aproximadamente 32.000 clientes.
En los últimos días hemos podido leer que Apple ha revelado que el Gobierno le exigió datos de 5.000 personas, según una información proporcionada por la propia compañía. Además, en su comunicado, explica que hasta el 6 de junio jamás había oído hablar del programa PRISM, al igual que otras empresas de Internet implicadas, y niega rotundamente cualquier colaboración voluntaria con dicho programa.
No pasaron muchos días cuando supimos que las informaciones publicadas por The Guardian y The Washington Post habían sido filtradas por Eduard Snowden. Un ingeniero de 29 años que trabajó para la CIA y es actualmente empleado de Booz Allen Hamilton. Snowden decidió revelar la información antes que su identidad para no ser el centro de la historia, según su versión. Por si toda esta información no fuera lo suficientemente impactante, en las últimas horas Edward Snowden ha prometido que saldrán nuevos datos sobre el programa de vigilancia, mientras busca asilo político en diferentes países. Además Wikileaks ha solicitado a Baltasar Garzón, líder de su equipo legal y abogado de Julian Assange, que lo defienda.
Con tanta información cuesta recapitular y saber qué está ocurriendo exactamente. Parece que todo este programa fue ideado y puesto en marcha después de los atentados del 11S, donde la continua utilización de la seguridad como argumento dilapidó gran parte de las libertades sociales. Ante este tipo de “ataques”, cabe hacerse muchas preguntas: ¿los buenos espían sólo a los malos? ¿Los buenos espían a todos (buenos y malos) para poder detener a los malos? A parte de lo que hagan los buenos, ¿los malos también van a seguir espiándonos para atacarnos?
Con tanta información en los últimos días y con la impresión de que esto no ha hecho más que empezar, estaremos atentos a nuevas informaciones. Pero, de momento, dejo una pregunta en el aire: ¿Es posible tener un 100% de privacidad y un 100% de seguridad? ¿Es compatible?
Lo único que me queda claro es que los finalistas de Gran Hermano ahora ya estarán más tranquilos porque han dejado de ser espiados y observados en todo momento, a pesar de que se hacía con su consentimiento. ¿Podemos decir lo mismo sobre nosotros?
Lo que me asombra es el consenso generalizado que parece existir en la sociedad estadounidense sobre la preponderancia absoluta de la seguridad en detrimento de la privacidad.
George Orwell fue un visionario cuando escribió su famosa obra 1984.
Totalmente de acuerdo con lo que has comentado de George Orwell, fue un visionario con la obra 1984.
En cuanto a la sociedad estadounidense creo que después del 11S miraron hacia otro lado cuando fueron entrando en su privacidad siempre que fuera para evitar que se repitiera lo que ocurrió. Pero parece que, al menos algunos de ellos, empiezan a ser conscientes de cuanto han ido cediendo y no están de acuerdo.
A que se le llama seguridad , esperemos que llegue el próximo dictador y veras que fructífera le resultara tanta información,en los primeros días va haber tal cantidad de asesinatos que ni los campos nazis.
Como dijo Benjamin Franklin, “They who can give up essential liberty to obtain a little temporary safety, deserve neither liberty nor safety.”.
La pregunta sigue en el aire, ¿es posible tener un 100% de privacidad y un 100% de seguridad? ¿Es compatible?
Enhorabuena por el artículo, da un poco de luz sobre tanta confusió, porque…¿Cual es el problema?, ¿nos espían porque hay falta de seguridad?, ¿quién define esa seguridad?, ¿los mismos que hablaron de las armas de destrucción masiva?, ¿por qué llamamos terrorista (y susceptible de ser espidado) al que defiende su casa y su familia de ataques con drones y misiles teledirigidos?, pensemos un poco la sinrazón de este planteamiento de “seguridad”.
Gracias Eusebio, me alegro de que te haya gustado.
Es un tema complicado y tengo la impresión de que queda mucho por saber. Edward Snowden sigue “perdido” por el mundo intentando llegar a Ecuador donde parece que le han concedido asilo político. Y además Baltasar Garzón está estudiando el caso para ver si acepta defenderle.
Me parece que estamos en el Capítulo 1 de una larga temporada.
Muy interesante esta entrada, esto provoca controversia. Creo que todos podemos entender hasta cierto punto que la función de las grabaciones es proteger, quizá no a nosotros, pero sí al sistema, comercios, etc.
¿Qué esto afecta inevitablemente a nuestra privacidad? Seguro.
En cuanto a la pregunta que Eva lanza, creo que que la respuesta evidentemente siempre será NO. Da igual los progresos a nivel legal u operativo que se consigan, o renunciamos a lo uno o renunciamos a lo otro.
Me alegro de que te haya parecido interesante Alejandro. Estoy de acuerdo contigo que 100% de privacidad y 100% de seguridad es incompatible. Ahora habría que reflexionar acerca de cuanto estamos dispuestos a perder de cada una.
Ahora parece ser que en Francia también tienen algo parecido a EEUU, un hermano pequeño de PRISM. Creo que sólo hemos visto la punta del iceberg.
Buenas tardes.
Enhorabuena por la entrada. Me ha parecido muy interesante.
Respondiendo a la pregunta que planteas (¿es posible tener el 100% de privacidad con el 100% de seguridad?), yo considero que no es posible. En primer lugar porque no creo que sea posible alcanzar el 100% en seguridad.
Por otra parte, no podemos perder de vista que muchas iniciativas de seguridad van en detrimento de la privacidad, especialmente si consisten en incrementar la vigilancia sobre las personas.
Un saludo,
Samuel.
Hola Eva, he estado investigando lo que comentaste de Francia, resulta alarmante conocer este tipo de cosas, no ya por lo que sabemos…más bien por lo que queda por rascar.
Saludos