Leyendo noticias sobre actualidad TIC he encontrado tres artículos que me han llamado la atención y me han hecho pensar sobre el futuro próximo de nuestras redes sociales (y casi de nuestra vida, por extensión). Vamos a comentarlos brevemente.
Todos los que utilizamos las redes sociales de manera habitual, por no decir cada día, somos conscientes de que estamos compartiendo y publicando parte de nuestra información privada. Cada cual puede elegir la cantidad y el tipo de información que publica y hasta cierto punto, quién tiene acceso (a priori) a ésta. Sin embargo, debemos recordar que además de la gente con la que nosotros decidimos compartir nuestra información, también están los sistemas y algoritmos de la propia red social. Que incorporan más inteligencia, asociación de datos y correlación de información de la que podamos pensar e imaginar. Más, mucha más.
En nuestro primer artículo, parece ser que uno de los proyectos en los que está trabajando Facebook para que lo utilicemos como parte de nuestro perfil es un sistema de pago entre particulares que utilicen la red social. Para eso, será necesario asociar nuestra información bancaria (una tarjeta de débito, por ejemplo) a nuestro perfil. Y aquí, la pregunta es: ¿es este servicio necesario o útil? Si quiero prestarle dinero a un amigo o conocido mío, existen muchos métodos alternativos para hacerle llegar dinero sin tener que utilizar mi perfil de Facebook.
Sin necesidad de complicarnos la vida, ahora imaginemos la siguiente situación: una persona que ha decidido utilizar este sistema de pago de Facebook, inicia sesión en un ordenador de uso compartido, como puede ser un cibercafé, una biblioteca o un hotel. Por despiste o desconocimiento, no cierra sesión cuando deja libre el ordenador. ¿Cuáles serían las posibles consecuencias de esta acción? La siguiente persona que use este equipo, no sólo podrá tener acceso a toda su información personal sino que también podrá hacer uso de su dinero a través de esta aplicación. En este posible escenario, se me ocurren una cuantas “bromas pesadas” que podríamos hacerle al usuario despistado.
El siguiente artículo habla sobre la creación de una aplicación por parte de Facebook que nos permitirá recibir asistencia sanitaria o consultar comunidades sobre nuestros problemas de salud (tranquilos, no es el momento de entrar en temas de la LOPD, sobre los que habría mucho que decir). Aunque en un principio todo apunta a que esta aplicación no estará integrada dentro de la red social, al final estamos cediendo nuestros datos a la misma empresa (que por supuestísimo, disociarán los datos de nuestro perfil de nuestros datos de salud de modo que nadie, nunca, de ningún modo, pueda relacionar esa información… ¿nos siguen?). En los últimos tiempos, este tipo de aplicaciones (que no decimos que no tengan una cierta utilidad, bien controladas y en el ámbito correcto) se están popularizando y existen ya productos relacionados con nuestra salud y mejorar nuestros hábitos. La cuestión es: ¿queremos publicar nuestros problemas de salud? ¿Estamos seguros de querer que una red social (una empresa), tenga conocimiento sobre nuestras dolencias o preocupaciones? De nuevo, ¿es necesario?
Por último, otro artículo nos cuenta que a través de un estudio independiente se ha concluido que las personas que publican más en Facebook (y extrapolando, podemos asumir que en cualquier red social en general), son más inestables que las que no lo hacen con tanta frecuencia. Antes de que corran a examinar su Facebook/Twitter/Instagram/Google+/etc. a mirarse el ombligo, no se crean todo lo que lean. También es relevante recordar que hace unos meses se desveló que Facebook llevó a cabo un experimento psicológico con algo más de medio millón de usuarios. Como vemos, nuestra actividad en las redes sociales dice mucho de nosotros (y si piensan que muchos estamos continuamente registrados en Google mientras navegamos, quizá quieran cancelar sus cuentas digitales y emigrar al monte a comer musgo).
A estas alturas, a algunos quizá les parezca de perogrullo, pero nunca viene mal recordar que nuestra información privada es valiosa para las empresas. Que la utilizan, la gestionan, la explotan, la cruzan, la refinan, la analizan, la intercambian y llegado el caso y para el bien de nuestros servicios, la ceden a otras compañías (del grupo, claro). Y si tenemos suerte, la filtran, la pierden y acaba en 4Chan. Todo ello, para realizar estudios de mercado sobre tendencias, para personalizar la publicidad que aparece en nuestro navegador, para acceder a nuestros contactos y cualquier otra cosa que se les ocurra. Cuanto más privada y sensible sea la información que les proporcionamos, más valor tiene para ellos.
Lo más o menos sorprendente de todo es que, aunque ahora nos pueda parecer una barbaridad y nos rasguemos las vestiduras, al final de la película ya verán como acabamos introduciendo nuestros datos de salud en Facebook, nuestros datos financieros en Facebook Messenger y si se da el caso, seremos los primeros en apuntarnos a experimentos o estudios sobre nuestro comportamiento digital. No se apresuren demasiado a tacharse de esa suposición.
Si recapitulamos y hacemos una puesta en común de estos tres artículos, podemos concluir que en un futuro próximo sólo con la información que las redes sociales tendrán sobre nosotros, sabrán nuestros movimientos financieros, nuestros problemas de salud y sin duda alguna nos podrán psicoanalizar. Porque sabrán qué medicación tomamos, qué webs visitamos, qué intereses tenemos, con qué frecuencia y desde dónde publicamos, qué relaciones tenemos y con qué frecuencia nos comunicamos, qué tipo de trabajo tenemos y el dinero que nos permitimos gastarnos al mes. Dejen volar su imaginación. Nos conocerán mejor que nuestras respectivas parejas y también mejor que nosotros mismos. ¿Queremos tener ese nivel de intimidad con un montón de algoritmos que no conocemos en persona?
Aunque bien visto, todo esto que les hemos contado, ¿no es ya una realidad? Es más, probablemente sea peor de lo que piensan. Bienvenidos a Internet.
(N.d.E. Artículo elaborado en colaboración con Manuel Benet).
Buenas,
Me parece que el primer punto, mover sumas de dinero a través de la plataforma de Facebook, es meterse en un terreno muy farragoso. No le auguro un éxito demasiado amplio, pues somos muchos los que tenemos reservas en cuanto a la forma de tratar la información por parte de esta compañía.
En cuanto a la segunda propuesta…pues me parece un sinsentido, sin más. Como bien apuntas, “disociarán nuestra información” (y añado, nunca habrá fallos de seguridad que filtren información personal sobre nosotros ¿verdad?) Al final, se trata de que Facebook ha visto un filón con el que conseguir dinero, creo yo que cediendo parte de esos datos a anunciantes. Me parece un tema bastante off topic en comparación con la red social, están estirando las cosas mucho. Y la LOPD cogida “con pinzas”.
Al final, entre experimentos y aplicaciones trampa, creo que lo único que persiguen los responsables de Facebook es monetizar todavía más el Big Data.
Saludos y gracias por el post.