Un lugar seguro donde comunicarse

Tristes acontecimientos como los sucedidos en París tienen un gran impacto en la sociedad. Como efectos positivos, este tipo de desgracias suscitan que paremos nuestra rutina diaria para reflexionar sobre las causas y las repercusiones de estos lamentables sucesos. Se establece una ola de solidaridad global, muy intensa en los comienzos y que tendrá eco durante un periodo más prolongado.

De la misma forma que se realizan las reflexiones individualizadas y se convierten durante días o semanas en el foco de las charlas con amigos, compañeros de trabajo o familia, también los altos mandatarios analizan, reflexionan, consultan a sus asesores y sacan sus conclusiones. Entre las responsabilidades que están asociadas a sus roles están además las de decidir aquellas medidas que permitan evitar o disminuir los efectos que provocan dichos incidentes. Para eso han sido elegidos y esa una de las principales obligaciones de los gobernantes: proteger el país.

La controversia llega cuando las medidas propuestas por los gobiernos en aras de la protección son tan excesivas que sus implicaciones pueden tener más inconvenientes que beneficios. A veces las justificaciones de los gobiernos se convierten en excusas.

Las repercusiones de los atentados terroristas de París del pasado día 7 de enero de “Charlie Hebdo” en el que murieron 12 personas no se han hecho esperar y, entre otras consecuencias, han tocado de pleno a la seguridad de la información. David Cameron, primer ministro británico, ha abierto la caja de Pandora y en su discurso del pasado 12 de enero, sólo 5 días después de los atentados, propuso definir una nueva normativa que garantice la seguridad de las comunicaciones.

Aprovechando que la legislación británica en vigor sobre el acceso a las comunicaciones privadas expira en 2016 y el 7 de mayo habrá elecciones en UK, el gobierno que resulte de las próximas elecciones tendrá que establecer una nueva normativa al respecto. Esta situación ya está provocando un intenso debate en el Reino Unido entre los que están de acuerdo con ampliar las competencias del gobierno en el ámbito de la vigilancia sobre la ciudadanía y los que se declaran a favor de seguir protegiendo la privacidad de las comunicaciones.

Pero esta posición acerca de controlar las comunicaciones cifradas de los ciudadanos no es tan reciente por parte del gobierno británico; en julio del pasado año David Cameron ya realizó las siguientes declaraciones: “La capacidad de acceder a información sobre las comunicaciones e interceptar las comunicaciones de individuos peligrosos es esencial para luchar contra la amenaza de los criminales y terroristas que tienen al Reino Unido como blanco“. Pero el gobierno de Cameron todavía no había conseguido facilitar estos privilegios a los servicios secretos británicos debido, principalmente, a la posición en contra de la opinión pública, organizaciones de defensa de los derechos de los ciudadanos y el partido político opositor.

Aprovechando quizá el momento de impacto social en el que nos encontramos tras los atentados de París, David Cameron ha indicado que el proyecto de la nueva ley será presentado ya esta semana en el Parlamento y su objetivo es que sea aprobado por la vía rápida justificando la premura en la necesidad de combatir el terrorismo y el delito organizado.

Como efectos colaterales a su propuesta, estaría la prohibición de todos los servicios de mensajería instantánea cifrada (Whatsapp, Facebook, iMessage, FaceTime, Snapchat, etc.). El objetivo es garantizar la seguridad del Reino Unido y su justificación es el papel que ha tenido el uso de alguna de estas aplicaciones en la organización de los atentados de París.

Ante esta declaración de intenciones por parte del primer ministro británico, empresas como WhatsApp se han apresurado a confirmar su propósito de mantener sus servicios cifrados impidiendo que las conversaciones sean leídas, un compromiso de la empresa que se fortaleció a raíz de las revelaciones de Edward Snowden sobre los programas secretos de espionaje masivo de los gobiernos británico y estadounidense.

Como ciudadana crítica y usuaria habitual de las aplicaciones de mensajería instantánea cifrada también me pregunto: ¿realmente una nueva legislación garantizaría la protección de un país ante ataques terroristas como los de París? ¿Sería suficiente para facilitar al gobierno actuar a tiempo ante este tipo de ataques o sería una excusa para disminuir las libertadas básicas de los ciudadanos? Resulta paradójico que un atentado terrorista dirigido directamente a una revista por aplicar su libertad de expresión pudiese derivar en una posible limitación de la privacidad de las comunicaciones entre los ciudadanos.

En breves días, cuando está previsto presentar el proyecto de ley en el parlamento, podremos conocer más detalles respecto a cómo podría afectar la nueva legislación a la privacidad del individuo y por extensión a la de las empresas. No olvidemos tampoco el efecto que la aprobación de una ley así podría tener: ¿Cómo podría influir el ejemplo británico al resto de gobiernos?

En próximos posts profundizaré en la posición de varios países sobre el uso de las tecnologías por parte de los ciudadanos y el tratamiento de la privacidad de las comunicaciones por parte de otros estados.

Algunas referencias:

Comments

  1. Me gusta mucho

  2. Aun pareciendo lógica la necesidad de extremar las medidas que permitan a los gobiernos y organizaciones internacionales combatir el terrorismo, habría que hacer un análisis profundo de la efectividad de las mismas y las mejoras reales que se obtienen. Considero que en paralelo es necesario articular los mecanismos que permitan medir e incluso descontinuar todas aquellas acciones que muestren claramente que la relación coste-beneficio social no compense el sacrificio que haya hecho el público general en detrimento de sus derechos fundamentales.

  3. Un post muy bueno que abre un debate interesante: “Seguridad o privacidad”

  4. Interesante nota, si duda generará un gran dilema, punto de quiebre entre seguridad y privacidad de datos. Un gran debate especialmente en paises donde hay leyes asociadas a Data privacy.

  5. Magnífico artículo Virginia. La privacidad debería estar por encima de cualquier consideración. Es preocupante la intención de grupos de poder por limitar los derechos de los ciudadanos. El terrorismo es la excusa perfecta para avanzar con estas propuestas. Y mañana, cuando menos lo pensemos, estamos en medio del estado totalitario y el gran hermano en cada casa. Solo basta observar que el gran hermano en ciudades como Londres ya está en cada esquina. Más de 250.000 cámaras o algo así por toda la ciudad.
    Y la seguridad contra el terrorismo… cuantas fallas de las autoridades se ven en los lamentables hechos de París. La seguridad necesita de otro tipo de medidas creativas y eficientes.
    También vale preguntar, sin cifrado en las comunicaciones empresariales como protegerse frente al cibercrimen.
    Cuidado que te observan!

  6. A mi los de “Charlie Hebdo” siempre me parecieron vulgares, pero la vulgaridad no es excusa para matar a quien sea.

    Y me temo que los gobiernos ven la nave y quieren viaje: aprovechan el terrorismo idiota para meter de nuevo su sociedad de control. Hablan de libertad de expresión pero no quieren que otros, que a ellos les “parezcan peligrosos”, se expresen.

    Y como bien dice un comentarista: el cifrado también sirve para defenderse de intrusiones criminales. ¿Cómo pretenden los gobiernos defender(nos) de los ataques criminales particulares y no estatales si elimina la posibilidad del uso de aquél?