Hace unos meses, llegó a España la aplicación Secret, tanto para Android como para iOS. Y eso ¿de qué va? Para quien no la conozca, las bases de esta aplicación son muy sencillas: puedes publicar mensajes cortos (similar a Twitter) con la peculiaridad de que nadie sabrá que los has escrito tú. Y claro, tampoco sabrás quién escribe las cosas que lees.
Una vez que has incorporado un cierto número de amigos (usando los contactos de tu móvil y tus amigos de redes sociales), podrás ver si las publicaciones que lees son de un amigo o del amigo de un amigo. Con eso se protege el anonimato de tus amigos (si sólo tienes 5 y lees una publicación de uno de ellos, es probable que adivines de quién se trata). También puedes ver las publicaciones de desconocidos sabiendo únicamente su localización.
Contado así no suena mal ¿no? De hecho, en las preguntas frecuentes de la propia aplicación ensalzan que el anonimato que ofrecen permite que la gente se muestre tal y como es y exprese sus verdaderos pensamientos. Incluso dan unas pequeñas indicaciones a sus usuarios para que se sientan libres de expresar lo que piensan, siempre respetando a los demás. Todo muy idílico.
Pero a la hora de la verdad, no es tan sencillo como parece.
Para empezar, al conocer esta aplicación no pude evitar acordarme de las páginas de Facebook tipo Informer y las aplicaciones similares que surgieron hace un par de años y que tantos problemas dieron, especialmente en los institutos. De acuerdo, el objetivo de aquellas páginas y aplicaciones era difundir rumores y el cotilleo puro y duro, mientras que esta aplicación te anima a expresarte con libertad sin miedo a que tus declaraciones puedan asociarse contigo.
Sin embargo, yo me planteo: ¿dónde está la línea que separa “la expresión libre y anónima de pensamientos personales” de “lanzar comentarios sobre otras personas sin necesidad de comprobarlos previamente”? Porque el anonimato puede tener sus ventajas para expresar ciertas ideas, pero también puede dar pie a que alguien lo aproveche para lanzar falsas declaraciones o acosar a otros.
Además, aunque las bases de la aplicación especifican que se debe respetar a otros usuarios y mantener siempre la educación en los comentarios, la gente confunde la libertad del anonimato con la pérdida del respeto a otras personas. Y para muestra, un botón:
Y no sólo en los comentarios. Por mi corta experiencia trasteando la aplicación, hay muchos más mensajes soeces, inadecuados e incluso desagradables que secretos graciosos o al menos interesantes. Vamos, que yo no le he encontrado gracia ninguna.
Cuando supe de esta aplicación por primera vez, fue a través de las noticias que se publicaron sobre el efecto que estaba teniendo en Silicon Valley. Se extendió como la pólvora entre trabajadores de distintas empresas del sector tecnológico y se publicaron distintos rumores que dieron mucho que hablar (críticas a CEOs, posibles fusiones y adquisiciones, etc). Por supuesto, la veracidad de aquellos mensajes nunca se pudo comprobar.
Además de las implicaciones morales que podamos encontrar ante este tipo de aplicaciones, me gustaría hacer una observación relativa a su seguridad. ¿Estamos 100% seguros de que nuestros mensajes serán anónimos? Imaginad las consecuencias que podría tener que se supiera quién ha publicado un mensaje confesando una infidelidad, revelando un secreto de su empresa o haciendo otro tipo de declaraciones comprometidas.
Según los creadores de la aplicación, las publicaciones son completamente anónimas, y si publicas un mensaje nadie sabrá nunca que has sido tú. Pero la parte de comprobar si esto es realmente así se lo dejo a mis compañeros con más conocimientos técnicos que yo.
Vosotros, ¿qué opináis de este tipo de aplicaciones? ¿Os gusta la libertad del anonimato para opinar libremente u os preocupa el mal uso que puede implicar un abuso de esa libertad?