Técnicas SIGINT en la Guerra de Bosnia: Operación “Krivaja ‘95” (III)

Hoy traemos la tercera y última parte de la interesante serie del colaborador David Marugán Rodríguez, @radiohacking (Security Consultant. Mundo Hacker Team. Spanish HAM radio operator EA4 / SWL since 80’s and RTL-SDR devices enthusiast), sobre la importancia de las comunicaciones por radio en el conflicto de los Balcanes.

Pueden ver la primera parte aquí, y la segunda aquí. Las información que David ofrece es fascinante y al mismo tiempo aterradora.


Las capacidades de SIGINT empleadas se pusieron de manifiesto sobre todo en el juicio en La Haya contra el General del Cuerpo del Drina (VRS, ejército de la República Srpska, Vojska Republike Srpske) Radislav Krstić, donde se aportaron como pruebas diferentes grabaciones hechas por operadores del ARBiH desde las estaciones de interceptación COMINT de una conversación por radio donde Krstić, el 2 de agosto de 1995, daba órdenes de exterminar a los huidos que se dirigían a Tuzla.

En una de estas grabaciones incluso un interlocutor reconoce que el ARBiH les está escuchando y que para su información “…haremos lo mismo en otros lugares”. En otra grabación de julio de 1995 un oficial se queja a Krstić (pidiendo más personal) de que todavía necesita “distribuir 3000 paquetes”, donde se entendía según la acusación que “paquete” era el nombre en clave para “musulmán” y “distribuir” significaba en realidad “ejecutar”. ¿Por qué justo en el momento crucial del ataque se emplearon comunicaciones “abiertas” por parte del VRS? Es posible que debido a la inmediatez y la facilidad de acceso a las mismas, o a la sensación de impunidad, aunque las interrogantes sobre este tema en mi opinión podrían ser más complejas que todo esto.

La estrategia de defensa pasó por intentar hacer ver que el ARBiH, cuyas capacidades eran claramente inferiores, no podían haber tenido nunca acceso a esa información a través de SIGINT o que estas grabaciones eran en realidad falsificaciones para lograr una condena internacional por genocidio.

Otra cuestión importante, como se puso en duda durante el juicio, es saber si las interceptaciones se procesaban a tiempo real. Para hacer un cálculo aproximado, en aquella época, se necesitarían unas tres personas como mínimo por canal monitorizado a tiempo real (escucha, transcripción, reporte, etc.). Teniendo unos 15-20 canales (teniendo en cuenta que se deberían seguir cientos de equipos portátiles, serían muchos más) más el personal de servicios y seguridad, todo ello con los turnos de trabajo/descanso típicos, tenemos que una estación COMINT que monitorice a tiempo real estas frecuencias de forma simultánea necesitaría como mínimo unas 150 personas en el centro de interceptación, algo que parece nunca se dio en las estaciones COMINT mencionadas por el ARBiH. Sin contar el número de equipos necesarios.

Esto también explicaría por qué no actuaron inmediatamente, como sería lógico, al escuchar ciertos mensajes sobre un ataque inminente contra la población musulmana de Srebrenica (entre los que incluso habría familiares de los operadores). Es decir, posiblemente no tenían acceso a la información a tiempo real y esta solo fuera procesada semanas o incluso meses más tarde. Las conversaciones por tanto serian grabadas en muchos casos para su posterior proceso y análisis, algo que obviamente podría ser ineficaz de cara a evitar un ataque de este tipo. No había analistas de inteligencia suficientes en el terreno y tampoco se integraba el COMINT con otras disciplinas de inteligencia como el IMINT o HUMINT.

En algunas ocasiones ni siquiera constan los libros de registros con las fechas y horas de las intercepciones, y mucho menos empleando un software de registro adecuado mediante ordenador. Esta falta de recursos a todos los niveles y errores de procedimiento podrían hacer inútil cualquier producto de inteligencia derivado de las técnicas COMINT. ¿Podemos imaginar hoy la diferencia de estas operaciones usando SDR para monitorizar un gran ancho de banda? Sin duda estaríamos ante un escenario totalmente diferente. Se sabe que el ARBiH usó en algunos casos receptores de tipo scanner como el ICOM IC-R100.

SIG3

Imagen del equipo multibanda japonés Icom IC-R100 HF/VHF/UHF. Fuente radiopics.com

No sólo las facciones militares fueron objetivo de SIGINT. Algunas ONG como el UNHCR, ICRC y MSF, además de otras instituciones o la propia población civil, fueron espiadas tanto por el ARBiH como por el VRS con el objeto de recopilar información de las reuniones mantenidas con las diferentes comunidades y representantes militares de las zonas en conflicto.

La NSA por ejemplo, que al no poseer en la época personal desplegado en el terreno, tenía un especial interés en obtener información de lo que ocurría en los Balcanes (al igual que los servicios de inteligencia de la mayoría de países occidentales en aquellos momentos), usó satélites SIGINT Mercury capaces supuestamente de captar las débiles señales de estos walkie-talkies. También fueron usados aviones como el RC-135 Rivet Joint o el U-2R Senior Span, además de todo el potencial SIGINT que proporcionaba el Ejército de EE.UU.

Algunos sospecharon que los servicios de inteligencia de países occidentales, que contaban con capacidades muy superiores, podrían haber tenido acceso a importantes informaciones a través del COMINT de conversaciones de altos mandos militares del VRS. Esto podría haber prevenido la toma de Srebrenica y por tanto el posterior ataque contra la población del enclave, pero que esta nunca fue compartida de manera formal con sus aliados o al menos con las tropas del UNPROFOR (N.d.E.: Fuerza de Protección de las Naciones Unidas en la Ex-Yugoslavia) desplegadas en la zona. Aunque la caída del enclave era algo que casi se daba por hecho en círculos militares tiempo atrás, en el curso de unas difíciles e inestables negociaciones de paz es posible, según algunos analistas, que se intentara mantener cierta información reservada para no perjudicar de ninguna forma a estas iniciativas. Algo difícil de probar por otra parte, como es obvio. Es de suponer también que nadie pudo imaginar la magnitud de la masacre y sus consecuencias a todos los niveles.

¿Hubiera cambiado algo si por ejemplo el ARBiH hubiese contado con más medios técnicos y humanos relacionados con el SIGINT? ¿Cómo influyeron estas deficiencias en sus operaciones? ¿Hubiese podido detenerse o al menos reducirse aquella masacre compartiendo con sus aliados una inteligencia bien producida por las COMINT?  Muy complicado saberlo. Especulaciones aparte, lo único que sí se sabe a ciencia cierta es que cuando Mladic entró en Srebrenica aquel 11 de julio de 1995, le recibieron unas calles aparentemente desiertas y por desgracia para él Naser Orić hacía tiempo que había salido en helicóptero del de aquella Srebrenica supuestamente “segura” (ver vídeo de Mladic entrando en Srebrenica en “The Mladic Files: Mladic Entering Srebrenica”). El resto de esta triste historia es de sobra conocida por todos.

Después, en el contexto de estas Guerras de Secesión Yugoslavas, vendría la Guerra de Kósovo y con este conflicto las técnicas SIGINT y la Guerra Electrónica volvieron a adquirir un gran protagonismo en el escenario de la batalla. Quizás podamos hablar de esto en un próximo artículo.