Los wearables han llegado a nuestras vidas para entretenernos, facilitarnos determinadas acciones e incluso controlar parte de nuestras vidas.
Se denomina wearable a todo aquel dispositivo que llevamos encima interactuando con nosotros y con nuestros dispositivos para realizar alguna tarea (bien sea relacionada con la salud, el deporte, el entretenimiento…).
Aunque llevan varios años en el mercado, es en este año 2016 cuando se espera el verdadero boom. La prueba de ello es que en el, recientemente celebrado, Mobile World Congress, se dedicó un pabellón solo para los wearables y el Internet de las Cosas. Además, en este mismo evento quedó más que confirmado que la tecnología wearable está repuntando con bastante fuerza y, por lo tanto, continuará siendo tendencia durante años.
¿Sabías que hay wearables de todo tipo y para todo tipo de usuarios? Algunos ejemplos de los que tienen previsto salir en este 2016 son:
- Alcatel Care Time. Es un reloj dirigido a niños de 5 a 9 años y que permite a padres e hijos llamar o enviar mensajes de voz en cualquier momento y a determinados contactos. Además, el reloj tiene un localizador GPS con el que localizar a los niños en tan solo 60 segundos.
- Las zapatillas Shiftwear. Se trata de unas deportivas hechas con una pantalla de tinta electrónica y cuyo diseño (imágenes estáticas y en movimiento) puedes cambiar desde la app instalada en tu móvil.
- El anillo cuantificador Oura. Del mismo modo que las pulseras de actividad, este anillo es capaz de registrar nuestras actividades físicas y monitorizar el sueño, enviando toda esa información a la aplicación correspondiente.
Todos ellos proponen funcionalidades útiles y atractivas para el usuario, pero… ¿qué pasaría si alguien conociera la ubicación exacta de tu hijo? ¿Cómo reaccionarías al ver, en la zapatilla, una de las fotos que tienes en el móvil? ¿Y si alguien supiera la hora exacta a la que vas a entrenar, o incluso, el recorrido que haces?
Desde el momento en el que abres la cajita de tu dispositivo estás expuesto a una serie de riesgos que es mejor que conozcas. Hay algunos que son ajenos a ti y no puedes controlarlos, como puede ser la seguridad que puedan tener los servidores donde se almacenan todos datos. Sin embargo, hay otros riesgos que, tan solo dedicando unos minutos, puedes llegar a controlar.
A continuación, y para finalizar el post, os indico cómo controlar estos últimos:
- En cuanto empiezas a utilizar el wearable lo primero que haces es descargar la aplicación con la que poder actualizar y registrar toda la información. Aunque la mayoría de estas aplicaciones disponen de política de privacidad en la que te explican todo lo relacionado con tus datos, en muchas de ellas, esta política no queda del todo clara. Además, la mayoría de nosotros (y el que diga que no, miente) solemos aceptarla sin ni siquiera echarle un vistazo. Es más, al primer scroll ya la damos por leída y aceptada… Así que antes de nada revisa que la aplicación disponga de una política de privacidad en condiciones. Una vez la tengas delante, dedica unos minutos a leerla (no seas vag@) y entérate de qué datos se van a recoger, por qué y cómo se van a tratar. Esto ayudará a evitar que tus datos sean cedidos a empresas externas que los puedan utilizar para su propio beneficio. También es muy importante que revises los permisos que requiere esa aplicación y compruebes que solo va a acceder a las opciones que son realmente necesarias para su funcionamiento. Por ejemplo, si tu pulsera de actividad solo te sirve para saber cuántas horas duermes y cuántos pasos das, ¿de verdad es necesario que acceda a tus fotos?
- Una vez descargada la aplicación, tendrás que crear un usuario y contraseña. Recuerda que si alguien descubre tu usuario y contraseña podrá acceder y controlar toda tu información. Aquí no te voy a decir nada que no hayamos dicho hasta ahora, pero ya sabes, utiliza contraseñas seguras. Nada de tener contraseñas simples ni fácilmente adivinables (acabemos con el 12345, qwerty y demás) y, sobre todo, no utilices contraseñas que ya usas en otras aplicaciones o servicios.
- Después de utilizar el dispositivo, en muchos de ellos, necesitarás volcar los datos en la app para poder ver tus progresos o cualquier otra información que te proporcione el wearable. Para realizar esta sincronización necesitamos tener el bluetooth activado. Sin embargo, con la simple acción de activar el bluetooth estamos poniéndoselo muy fácil a cualquiera con unos mínimos conocimientos técnicos para que pueda rastrear o monitorizar nuestro dispositivo. Así que, evita riesgos y, una vez realizada la sincronización, desconéctalo.
- Por último, estate atento a las actualizaciones de la aplicación. Aunque es más que probable que en unas semanas te hayas cansado del cacharrito y lo tengas abandonado, actualiza siempre que sea posible. De este modo cualquier vulnerabilidad que pueda poner en riesgo tu seguridad quedará corregida.
(Imagen: pixabay)
http://www.fundeu.es/recomendacion/tecnologia-ponible-mejor-que-wearable-technology/