En esta entrada he decidido hacer una revisión del libro “El pequeño libro rojo del activista en la red”, escrito por Marta Peirano, periodista fundadora de Cryptoparty Berlin, co-directora de COPYFIGHT y adjunta al director del diario.es, entre otras cosas.
Así que el pequeño libro rojo del… ¿activista en la red? ¿Pero quiénes son los activistas? Marta Peirano ha seleccionado de forma muy acertada esa palabra para el título. Como bien recalca: “Cuando nuestros representantes no pelean por defender nuestros derechos sino contra nuestro derecho a ejercerlos, la única respuesta es la desobediencia. Puede que no tengamos nada que ocultar, pero sí tenemos mucho que temer. En una sociedad ultravigilada, todo el mundo es antisistema”. Dicho de otra forma, nos convertimos en activistas en la red en el momento que somos conscientes de los mecanismos de control y vigilancia y queremos escapar de ese sistema establecido.
La primera parte del libro es un magnífico instrumento para concienciar de que Internet no es seguro, que nuestros datos tienen un precio y que nuestra privacidad es violada, con y sin nuestro consentimiento. Para ello comienza poniendo el foco en las carencias que tienen los periodistas de investigación a la hora de proteger sus fuentes. Si bien la mayoría no conoce las herramientas a su disposición, el problema es de base y radica en que a nivel docente no se invierten recursos en educar a los usuarios sobre la existencia de los peligros y de cómo mitigarlos, máxime cuando hay intereses económicos y gubernamentales de por medio.
Por otro lado, en cuanto a la privacidad, firmamos en numerosas ocasiones acuerdos de licencia de usuario final (EULA) sin ni siquiera leerlos, lo que se traduce en una venta de nuestra información al mejor postor. Ya desde las primeras páginas la autora nos habla del Big Data y de cómo se va formando un perfil nuestro en la red. A cada acción en la red “aceptamos que la empresa responsable venderá nuestros datos a terceros para hacer cosas con ellos que no sabemos ni nos imaginamos, sin necesidad de autorización, a menudo en lugares donde la ley no nos protege”. Yo mismo he sido víctima recientemente en un portal de venta online. Buscando la edición impresa de “The Art of Deception” de Kevin Mitnick, me sugirió este otro libro que ahora estoy recomendando.
Las prácticas más puras del capitalismo han divergido en espionaje y vigilancia desde los atentados del 11S. La red no fue diseñada para ser segura y en esto se apoya el ciberespionaje, práctica que hoy en día cuesta pensar que algún gobierno no lo ejerza o no saque partido de él, ya sea por ejemplo, para dar caza a disidentes políticos. Dado que las leyes de ciertos países prohíben espiar a sus propios ciudadanos, en ocasiones el espionaje es cruzado entre naciones: yo espío a los tuyos, tú a los míos y luego cruzamos los datos como ocurre con la NSA (National Security Agency) y la GCHQ (Government Communications Headquarters) de Reino Unido. En el libro también se expone la importancia del control de Internet, concretamente del cable. Nos recomiendan visitar la página de TeleGeography y de un simple vistazo apreciar la importancia geo estratégica de la disposición de los cables submarinos en algunas zonas.
La segunda y más extensa parte del libro, el manual, explica las diferentes herramientas disponibles para proteger la privacidad de la navegación, los correos y la información almacenada. Se describe el uso de PGP, VPN (OpenVPN), Tor, Truecrypt,…, todo ello de forma sencilla, para cualquier nivel de usuario, y siempre con ejemplos que amenizan la lectura. Si bien se recurre al ejemplo del periodismo de investigación, las prácticas explicadas son extensibles a otros ámbitos tanto profesionales como personales.
Sin duda se trata de un libro interesante para aquellos a los que no les ha picado todavía el gusanillo, quizá no de la paranoia, pero sí de la preocupación relativa a su privacidad y quieren actuar en consecuencia.