La CCI rusa (XIV): el ecosistema de inteligencia. Cibercrimen

Las relaciones del Kremlin (por extensión, de sus servicios de inteligencia) con el crimen organizado “clásico”, con las mafias rusas, es un hecho más o menos probado; sin ir más lejos, en documentos filtrados por WikiLeaks el fiscal español José Grinda vincula directamente a la mafia rusa con los servicios de inteligencia del país.

Pero más allá de estas filtraciones de WikiLeaks y su grado de fiabilidad, en informes públicos -en este caso, del mismo fiscal- se ha puesto de manifiesto dicha relación de manera oficial y abierta ([1]), diciendo textualmente “[…] parte del FSB, que ha implantado un régimen de crimen organizado en determinadas esferas del poder ruso a través del cada vez mayor control del crimen organizado, tesis que ya fuera sostenida por el fallecido Litvinenko“; dicho de otra forma, se asumen las tesis de Alexander Litvinenko relativas a que los servicios rusos controlan por completo a los grupos mafiosos del país, obteniendo un beneficio mutuo de esta relación.

Recordemos, que Litvinenko, antiguo agente del KGB y del FSB, fue asesinado con Polonio 210 tras sus duras críticas al FSB y a sus actividades al margen de toda legislación, asesinato por el cual Reino Unido intentó extraditar al ex oficial del FSO Andrey Lugovoy, que casualmente disfruta de inmunidad en Rusia por ser miembro de la Duma; de la historia de Litvinenko, y de su especial colaboración con los servicios y la Justicia españoles, se puede obtener una excelente visión en [2].

Es de esperar que las relaciones de los servicios rusos con el crimen organizado, de las que ya dimos pinceladas de su origen en el post de esta serie relativo al ecosistema de inteligencia, se extiendan al ámbito tecnológico, a lo que denominamos cibercrimen -o cibercrimen organizado-; siempre de manera hipotética, por supuesto… De hecho, oficialmente es todo lo contrario: el FSB, dentro de sus atribuciones policiales tiene encomendadas actividades contra el cibercrimen, según algunos analistas incluso reemplazando con su 16a Dirección, de la que ya hemos hablado en posts anteriores, a la famosa Dirección K del Ministerio del Interior ruso ([6]), que oficialmente investiga el ciberdelito y las actividades ilegales relacionadas con tecnologías en Rusia; recordemos además que esta Dirección del FSB dispone de capacidades CNA, que quizás puedan ser activadas contra grupos de cibercriminales siempre que sea interesante para la Madre Rusia… en cualquier caso, al menos sobre el papel las dos Direcciones de ambos organismos se complementan a la perfección en sus actividades contra la delincuencia tecnológica ([3]).

Un hecho cierto es que el gobierno ruso, tanto a través del FSB como de la Dirección K de su Ministerio del Interior, ha dado pasos para combatir las actividades delictivas en Internet, aunque también es cierto que dichos esfuerzos se han focalizado más en combatir tales actividades cuando han impactado contra intereses rusos que, cuando con origen en Rusia, han impactado contra intereses extranjeros.

A modo de ejemplo, en [10] se analizan algunas de las notas de prensa publicadas en 2016 por el FSB en este sentido: en total, tres notas para informar de:

  • La detención de un grupo organizado, ruso, que había robado varios millones de euros a bancos rusos (junio).
  • El descubrimiento de un código dañino (sin especificar origen) que había comprometido diferentes organizaciones gubernamentales, militares, de investigación… rusas (julio).
  • El aviso al gobierno y la ciudadanía rusos relativo a ciberataques masivos contra sus infraestructuras, provenientes de servicios extranjeros, ataque que finalmente no se produjo o fue perfectamente mitigado por las capacidades rusas (diciembre).

Como vemos, las principales acciones han sido orientadas a proteger a Rusia y sus intereses (cosa obvia, dicho sea de paso) más que a colaborar con terceros para mitigar problemas originados en Rusia, aunque también -ya sin nota de prensa oficial- es público que en noviembre del pasado año el FSB detuvo al grupo detrás del malware bancario Dyre, de origen ruso pero con víctimas de casi todo el mundo… menos de Rusia.

La última de las actividades más notorias del Servicio durante el año pasado, también sin nota de prensa asociada, fue la detención, en diciembre, de Sergey Mikhaylov y Ruslan Stoyanov, ambos relacionados de una u otra forma, pasada o presente, con unidades gubernamentales especializadas en la lucha contra el cibercrimen, aunque dicha detención no parece relacionada con dicha lucha: la acusación oficial habla, sencillamente, de “traición”, lo que puede interpretarse de muchas formas (incluso ya se apunta a su colaboración con la CIA o el FBI), no todas positivas de cara a demostrar el interés de las autoridades rusas para combatir el delito en la RuNET.

Históricamente, Rusia ha sido cuna de unas capacidades técnicas muy elevadas, capacidades que pueden usarse para bien o para mal; ya hablamos en un post anterior del establecimiento de relaciones de los servicios rusos con su ecosistema de inteligencia y de la situación vivida a finales del pasado siglo. Extrapolando esta situación al ámbito ciber es fácil comprender cómo las capacidades técnicas rusas pueden orientarse con facilidad hacia negocios no legales, a lo que denominamos ciberdelito o cibercrimen: desde spam o phishing hasta pornografía infantil, pasando por falsificación y venta de documentos oficiales; un repaso general al cibercrimen ruso puede ser el reflejado en [11].

Y en cuanto a la relación entre inteligencia y crimen organizado en este ámbito ciber, ya a finales del siglo pasado, en la operación Moonlight Maze, se hablaba de posibles relaciones entre el FSB y cibercriminales para dar cobertura a ciertas actividades en las que los servicios no deben verse envueltos de manera directa.

Si queremos hablar del cibercrimen ruso es obligatorio hacer referencia a la RBN (Russian Business Network), analizada a la perfección en [4], quizás el estudio más completo sobre la misma, donde se define la RBN como “una infraestructura completa para la provisión de servicios dañinos”, indicando además que “no hay ni un solo cliente legítimo en la RBN”; sobran los comentarios. En definitiva, un proveedor de soluciones para la delincuencia, ajustadas a las necesidades de sus clientes… y desaparecido (o no) en noviembre de 2007; en el capítulo 8 de [3] se resume la curiosa historia de esta “desaparición”, en opinión de muchos una simple reestructuración de la RBN para hacer menos visibles sus actividades. Algunos de los principales operadores de la RBN han tenido estrechas relaciones con los servicios rusos: es público que al menos uno de ellos, Alexandr Boykov, fue Teniente Coronel del servicio ([5]).

Adicionalmente, algunos analistas defienden la relación simbiótica entre la RBN, los hackers patrióticos y el gobierno o los servicios rusos ([8], [9], trabajos ya referenciados en posts anteriores de esta serie); dicha relación se basa en la permisividad de los primeros en relación a las actividades delictivas siempre que se ejecuten fuera de Rusia a cambio del apoyo de los segundos cuando una situación lo requiera: Georgia, Estonia… Dicho de otra forma: te dejamos trabajar pero no molestes a nuestros compatriotas; y si te necesitamos, nos tienes que echar una mano. Recordemos: nadie dice no al FSB. De hecho, algunos analistas defienden la hipótesis de que el FSB puede conmutar penas de prisión a cambio de colaboración activa; hablando en plata, ofrece a imputados por cibercrimen libertad a cambio de trabajos “especiales” (aunque también es cierto que esto se ha dicho, popularmente, de otros muchos servicios).

El último ejemplo que ha salido a la luz y pone de manifiesto la relación estrecha -potencial, potencial…- entre el cibercrimen y la inteligencia rusa es quizás el del hackeo de Yahoo en 2014, que según el Departamento de Justicia estadounidense se atribuye a la colaboración directa del FSB con actores individuales asociados al cibercrimen (la nota de prensa del DoJ, [7], se ha publicado en marzo de 2017); acusación oficial de relaciones entre servicios rusos y grupos de crimen organizado, proveniente nada más y nada menos que del gobierno estadounidense (con dos supuestos agentes del FSB citados con foto, nombre y apellidos, Dmitry Aleksandrovich Dokuchaev e Igor Anatolyevich Sushchin, entre los más buscados del ámbito ciber por el FBI), y como siempre con la correspondiente negación oficial del gobierno ruso.

También el FBI acusa a Evgeniy Bogachev, el ciberdelincuente más buscado y por el que se ofrece una recompensa de tres millones de dólares, no sólo de actividades asociadas a delincuencia económica (es el creador de Gameover Zeus y Cryptolocker), sino también por la posible interferencia -operado por el FSB- en el proceso electoral estadounidense. ¿Otra prueba de esta relación potencial? ¿Información negativa proporcionada por el gobierno estadounidense? Quién sabe… en definitiva, intuimos, aunque no podemos asegurar, que existe una relación directa entre el cibercrimen y los servicios de inteligencia en Rusia, como parece existir la relación entre dichos servicios y el crimen organizado clásico. Posiblemente sí, o posiblemente no, como casi siempre en esta guerra…

Referencias
[1] José Grinda González. Regulación nacional e internacional del crimen organizado. Experiencia de la Fiscalía Anticorrupción. Fiscalía General del Estado. España. Septiembre, 2015.
[2] Cruz Morcillo, Pablo Muñoz. Palabra de Vor. Espasa, 2010.
[3] Jeffrey Carr. Inside Cyber Warfare: Mapping the Cyber Underworld. O’Reilly, 2011.
[4] David Bizeul. Russian Business Network Study. Noviembre, 2007. http://fatalsystemerrorbook.net/pdf/Bizuel_onRBN.pdf
[5] Casimir C. Carey III. NATO’s Options for Defensive Cyber Against Non-State Actors. United States Army War College. Abril, 2013.
[6] Timothy Thomas. Russia’s Information Warfare Strategy: Can the Nation Cope in Future Conflicts?. The Journal of Slavic Military Studies. Volume 27, Issue 1. 2014.
[7] US DoJ. U.S. Charges Russian FSB Officers and Their Criminal Conspirators for Hacking Yahoo and Millions of Email Accounts. https://www.justice.gov/opa/pr/us-charges-russian-fsb-officers-and-their-criminal-conspirators-hacking-yahoo-and-millions. Marzo, 2017.
[8] Viktor Nagy. The geostrategic struggle in cyberspace between the United States, China, and Russia. AARMS. Vol. 11, No. 1 (2012) 13–26.
[9] Jeffrey Carr. Project Grey Goose Phase II Report: The evolving state of cyber warfare. Greylogic, 2009.
[10] Filip Kovacevic. Security Threats to Russia: The Analysis of the 2016 FSB Press Releases (Part 3 – Hacking & Other Challenges). https://www.newsbud.com/2017/01/12/security-threats-to-russia-the-analysis-of-the-2016-fsb-press-releases-part-3-hacking-other-challenges/. Enero, 2017.
[11] Brian Krebbs. Spam Nation: The Inside Story of Organized Cybercrime-from Global Epidemic to Your Front Door. Sourcebooks, 2014.

Ver también en: