(Puedes consultar todas las partes de esta serie en los siguientes enlaces: 1. Apagón, 2. Esto no puede estar pasando, 3. Silencio sepulcral, 4. La hora de la verdad, 5. Daños colaterales, 6. La verdad está ahí fuera, 7. Lo que sabemos que no sabemos, 8. De vuelta al mundo real, 9. Conclusiones. Esperamos que hayan disfrutado con ella tanto como nosotros escribiéndola y publicándola).
Madrid, 20 de Marzo de 2017 – 18:52h
De forma paralela, Defensa está intentando contactar por todos los medios con los acuartelamientos militares de Zaragoza y alrededores: la Academia Militar de San Gregorio, la BRILOG (Brigada Logística) o la Academia de Logística de Calatayud no responden ni por telefonía, ni por radio, ni por satélite. El Centro de Sistemas y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CESTIC) se ve incapaz de contactar con ninguna unidad militar de Zaragoza.
Los esfuerzos se amplían a Huesca con el Regimiento de Cazadores de Montaña y la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales de Jaca, pero tampoco logran establecer comunicación, lo que extraña a los militares: sus sistemas de comunicaciones están en teoría protegidos contra EMP, por lo que deberían poder responder a las llamadas. No queda nada claro el porqué de este silencio.
El CES bulle con actividad frenética, con todo el personal evaluando cada escenario posible y luchando por obtener la mayor cantidad de información posible para poder tener una visión clara de lo que está sucediendo.
El paso lógico de Defensa, una vez alertadas sus unidades más cercanas (el regimiento NBQ del Ejército de Tierra afirma que puede poner un helicóptero protegido la plaza del Pilar en 2h) es hablar con la OTAN. Un ataque de estas características supone la aplicación inmediata del artículo 5 del tratado, por el que un ataque a una nación firmante supone un ataque a todas ellas, estando obligadas a asistir a España en su defensa.
El teniente encargado de las comunicaciones está atónito: no hay contacto con el cuartel general de la OTAN en Bruselas, ni con ninguna otra instalación europea. Nadie contesta al teléfono, los correos electrónicos no reciben respuesta… parece que se los ha tragado la tierra.
La situación se tensa todavía más si cabe cuando el capitán del “Juan Carlos I” informa que el radar sitúa a la flota marruelí a menos de quince minutos para que estén a distancia suficiente como para realizar un ataque con misiles. De forma preventiva, el capitán ha ordenado poner en el aire los seis F-35 para hostigar a la flota marruelí. Desgraciadamente, al estar en unas maniobras sin fuego real el armamento que portan es terriblemente escaso, limitándose prácticamente a su cañón de 25mm (que poco pueden hacer contra una fragata).
Sin embargo, el JEMAD (Jefe del Estado Mayor de la Defensa) informa que tenemos un as en la manga: parte de los ejercicios de la OTAN en el Atlántico implicaban un simulacro operativo con material nuclear en situaciones de combate. Por ello, uno de los F-35 está equipado con dos misiles nucleares “Lepanto” de 350kt. España nunca ha hecho uso de armamento nuclear pero el JEMAD asegura que, si se decide su uso, no fallarán.
En esta ocasión (como en muchas otras) parece que tendremos que batirnos el cobre nosotros solos…
Cada respuesta es una nueva pregunta
Madrid, 20 de Marzo de 2017 – 19:08h
El CES continúa buscando información sobre el incidente, pero los datos llegan a cuentagotas: buena parte de aquellos que podrían aportar información están todavía de puente, muchos de ellos inmersos en la operación retorno de vuelta a sus hogares.
Dado que al parecer se ha producido una explosión nuclear, es lógico preguntar al CSN (Consejo de Seguridad Nuclear), ya que es su misión la seguridad nuclear y la protección radiológica en España.
La ORE (Organización de Respuesta a Emergencias) del CSN ya está reunida en su sala de emergencias, recogiendo información de su red de estaciones de monitorización distribuida por toda España. Los resultados son los mismos que en otras fuentes: no hay información del área de Zaragoza. Los técnicos del CSN indican que la lluvia radiactiva debería de ser impulsada por los vientos del valle del Ebro hacia el sureste, por lo que en menos de dos horas los sensores de Lérida, Tarragona o Castellón tendrían que ser capaces de detectarla.
El CSN sugiere comprobar la información proporcionada por la CBTBO (Comprehensive Nuclear-Test-Ban Treaty Organization), una organización internacional encargada de detectar y controlar el uso de armas nucleares.
La CBTBO tiene una red de sensores sísmicos, hidroacústicos y radioactivos repartidos por todo el mundo que permiten detectar de forma casi instantánea una detonación nuclear. Y en el momento en el que más la necesitamos… está offline. No es posible acceder ni al mapa ni a la información de ninguno de los sensores.
La opción sísmica es muy interesante, por lo que el CES intenta ponerse en contacto con el IGN (Instituto Geográfico Nacional) sin éxito. Sin embargo, el IGN tiene un servicio automático de detección de seísmos, y lo que muestra su web hiela la sangre a todos los presentes:
Según el IGN, se ha producido un seísmo de 5.3 en la escala de Richter, con epicentro en Zaragoza. Defensa informa que un seísmo de esas características correspondería con la detonación de una bomba nuclear de unos 300 kilotones, totalmente fuera del alcance de lo que podría ser un artefacto nuclear casero (que tendría una potencia de unos 5-10kt).
Defensa y el CNI empiezan a estudiar cómo los marruelíes han podido hacerse con una bomba nuclear de ese calibre, y algunas conclusiones inquietantes se ponen sobre la mesa: el calibre de la bomba corresponde con de un misil nuclear aire-tierra francés, el que usan los cazas Mirage 2000N. Y el CNI informa que los franceses perdieron un caza en aguas argelinas durante la Primavera Árabe, siendo extremadamente discretos pero muy (sospechosamente en exceso) insistentes en su recuperación. Tan solo son indicios, pero podrían indicar el origen de la bomba.
Francia vuelve a acaparar la atención del CES, ya que TV5Monde lanza en directo un boletín de noticias de última hora, apenas 30 segundos en la que se repite el mensaje difundido por las redes sociales: “fuentes de la OTAN informan de un ataque nuclear en España. El gobierno español no hace declaraciones”.
Y, por si fuera poco, Defensa informa que la flota marruelí está a diez minutos de entrar en distancia de combate. La “Blas de Lezo” se ha situado en rumbo de intercepción, dispuesta a vender cara su piel para proteger al portaaviones. La cosa, sin embargo, no pinta nada bien.