Desde la adquisición por parte de google de la empresa Nest, empresa que diseña y crea sensores varios para el control del hogar, me planteo hasta qué punto es necesario tener tantos sensores, y no sólo esto, sino quién tiene acceso a la información que generan.
Obviamente, no critico el tener un detector de incendios en tu propia casa, critico el hecho de que un día haga frío dentro de mi casa y al día siguiente aparezca en mi correo de Gmail publicidad sobre abrigos y bufandas o pastillas para dejar de fumar, en el caso de que estos sensores detecten que fumo plácidamente en mi sofá.
¿Hasta qué punto la tecnología está al servicio de la gente y no al servicio de los mercados? Muchas veces se nos plantean necesidades, o tecnologías para “facilitarnos” la vida, cuando viéndolo desde otra perspectiva no es más que un movimiento de los grandes por tener más control de tu día a día y ver qué provecho pueden sacar con dicha información, el verdadero negocio de todo esto.
Así como hablo de este caso, podemos valorar otros tantos, desde aplicaciones que miden tus pasos, tus hábitos gastronómicos, hasta si has dormido bien ese mismo día, o si has compartido en la red social de turno si te gusta la película que acabas de ver en el cine. ¿En qué punto diferenciamos si estos sensores cumplen una necesidad o tratan de saciar la necesidad de información que tienen los gigantes tecnológicos y las NSAs de turno, con sus puertas traseras y delanteras para acceder a dicha información?
Todo esto no lo planteo con criterios económicos, que cada cual gaste sus euros como quiera, pero sí que hay que pensar dos veces quién tiene acceso a nuestra información, y lo que podría llegar a hacer con ella.
El gran hermano no tiene porqué ser una cámara espiándote, puede ser más sutil.
¿Y los televisores inteligentes?
Tienen cámara, detectan tus movimientos, tienen micro, están en tu casa, conectados a Internet…
En 1984 era algo similar, ¿no?
Además, tienen, pueden tener, tendrán vulnerabilidades…
Interesante….alimentar el negocio con el pretexto de satisfacer tus necesidades básicas… pero yo veo algo peor…
Nos es que nos vigilen, sino que diseñan lo que haremos dentro de 10 años, y nos conducen a ello…escalofriante
1984 es el futuro, Nacho. Es una estrategia muy sibilina, muy bien definida, con objetivos muy claros.
El tema es que aún habiéndose hablado tanto sobre el tema, y habiéndose discutido y escrito, ya sin mencionar los archiconocidos 1984, Un mundo feliz, Farenheit 451, etc, ¿cómo seguimos exactamente los mismos pasos hacia el camino que tanto hemos criticado, y tanto miedo nos daba alcanzar?
Ese ya es un tema de debate delante de un par de cervezas :)
Todos tenéis razón en vuestras reflexiones. Ya veremos si el internet de las cosas no acaba estallandonos en la cara..
Si nos vemos abocados irremediablemente hacia ese futuro, es porque lo pintan y venden muy bien, porque a la vez nos estamos beneficiando de ello, aunque está clarísimo que el interés principal para las corporaciones es mejorar el cash-flow :)
Lo único que podemos hacer es renunciar a ciertos escalones tecnológicos, yo no quiero un hogar inteligente y procuro cerrar de forma efectiva todos los micrófonos y cámaras de mis dispostivos.
Precisamente eso es lo que hay que hacer, bajo mi punto de vista. Valorar si realmente necesitamos esa tecnología, y no tratar de adoptarla porque el mercado la venda. Yo no creo que sea renunciar a ellas, sino valorar si nos aportan algo. Haces bien cerrando todo, ¡nunca se hace poco!
Y si añades el cambio de servicios por otros menos intrusivos como google por duckduckgo, desactivar localizaciones de app en smartphones, correos seguros, descentralizar la información, y estas cosas, pues mejor que mejor.
A fin de cuentas, el anonimato ya no suficiente.
Efectivamente Nacho. La geolocalización siempre en off y servicios como Duck Duck go según para que cosas. Incluso si quieres bordarlo se puede usar un servicio como hushmail y evitar miradas indiscretas :)