Durante el trabajo que hasta la fecha hemos desarrollado en el proyecto ProtegITs, no pocas veces se nos ha acercado una madre o un padre (en realidad, siempre ellas más que ellos) y nos ha comentado sus inquietudes sobre el uso que su hijo/a hace de Internet, los móviles, la videoconsola, las redes sociales, etc., por lo general esperando una solución mágica para sus preocupaciones que desgraciadamente no existe. La comunicación ayuda, pero para qué nos vamos a engañar, ni es la respuesta ni suena a respuesta, y menos a respuesta buena, bonita, y… fácil.
Como hemos dicho en más de una charla, la tecnología que hoy nos abruma (a unos más que a otros) está aquí para quedarse. Nos guste o no, ni los móviles ni Internet desaparecerán mañana devolviéndonos al siglo pasado, y que el padre o la madre intenten negar la realidad con soluciones del tipo “en casa no hay Internet” sólo pone a sus vástagos en inferioridad de condiciones frente a otros niños de su generación. Evidentemente el problema en este caso no es que no haya soluciones, sino que los progenitores no están preparados ni a menudo capacitados para entender qué narices está pasando a su alrededor. Y si uno no entiende un problema, difícilmente puede encontrarle una solución.
Les voy a poner un ejemplo basado en una de las consultas más habituales. Antes uno tenía que agenciárselas para conseguir una revista de “adultos” a través de hermanos, primos, amigos, o el espabilado de la clase. Ahora cualquier banner de cualquier página de descargas contiene contenido sexual explícito, y acceder a contenido para “adultos” es tan fácil como pinchar en “Sí, soy mayor de edad”, aunque el crío tenga los deberes de sexto de primaria en la mesa. Y eso, desde el ordenador de casa, el del primo, el del amigo, el del espabilado de clase, desde el cibercafé o la biblioteca del colegio. Digamos que con Internet el acceso a la información se ha democratizado, y el porno entra en la categoría de “información”.
Este es sólo un ejemplo, y aunque es una opinión, uno de los problemas menores por los que preocuparse a la vista de la fauna y flora reinante en Internet. Por si eso no fuese suficiente, ahora además hay que establecer acuerdos con los hijos/as y no interferir arbitrariamente en su intimidad y privacidad, so pena de conflicto familiar y consecuencias legales, si el tema se pone mal. Y vamos más lejos. El menor ahora no es sólo una víctima, sino también un atacante cuyas acciones pueden tener repercusiones legales (igual que antes, pero con la “maldad” más a mano). Acabáramos, cómo se nos ha complicado la vida (y eso que yo no tengo hijos) con esto de la tecnología, Internet, y su… en fin.
Dicho esto, en S2 Grupo pensamos que sería una buena idea echarles un flotador a todos esos padres y madres que están aprendiendo a nadar, y colocar unas cuantas boyas de orientación para aquellos menores en pleno proceso de cruzar el Atlántico a nado, siguiendo con la analogía. De esta manera nace hijosdigitales.es, un blog de actualización diaria en el que intentaremos dar respuesta a veces técnica, a veces no a algunas inquietudes de los mayores, orientar a los menores y alertar sobre los principales peligros. Cuáles y cómo son las redes sociales más populares, qué es el sexting, el ciberbullying o el grooming, dispositivos y aplicaciones de seguridad que se pueden instalar en los ordenadores, o recomendaciones para mantener una buena relación entre padres e hijos, así como casos reales relacionados con estos temas.
Esperamos verles a menudo (o al menos, de vez en cuando) por este nuevo blog, que está abierto a la participación de cualquier persona, independientemente de su edad, y no sólo a través de comentarios, sino también de entradas y posts que puedan ser relevantes para los menores y los mayores.