Hoy tenía que sacar uno de esos informes que requieren una gran dosis de concentración y me disponía a hacerlo trabajando desde casa. Además, antes debía responder a un importante e-mail enviado por mi jefe la tarde anterior.
A las 06:30 ya estaba sentado delante del ordenador. Bueno, va: ya eran casi las 06:45. Lo encendí y mientras arrancaba puse la tetera al fuego. De entrada Windows me informó de una nueva actualización y yo, en un descuido imperdonable pese a las horas y la falta de cafeína y teína, elegí la opción de actualizar y reiniciar.
Inmediatamente apareció una pantalla azul. Instalando actualización 1 de 10.