Desde que empecé en esto del desarrollo Web he tenido siempre la “manía” de probar las aplicaciones que desarrollo en todos los navegadores posibles que existen, procurando siempre seguir los estándares Web en el código, así como hacer que su resultado sea lo mas accesible posible. Hasta el momento el navegador con el que me he sentido mas cómodo ha sido con el Firefox, que se caracteriza por ser el que cumple los estándares Web más “a rajatabla”; por eso suele el primer navegador en el que pruebo mi código. Otras de sus ventajas son el amplio abanico de extensiones y plug-ins que te asisten en el desarrollo y su disponibilidad en diferentes plataformas; como aspecto negativo, consume demasiada memoria y se descubren bastantes vulnerabilidades, aunque a diferencia de otros, éstas son rápidamente corregidas en cuestión de horas. Después de verificar el funcionamiento de la aplicación en Firefox, realizo las pruebas en el resto de navegadores: Opera, Safari, Konqueror, y el Explorer (principalmente por la cuota de mercado que tiene, y porque como sigue sus propios estándares, lo que funciona en los demás navegadores seguramente se vea mal en éste).
Pero entonces llegó Google Chrome, y cómo no, me decidí a probarlo.
Lo primero que me resultó extraño es lo simple que es su interfaz, y la velocidad a la que se carga, ya que comparado con el Firefox el navegador Chrome es instantáneo. También me gustó la velocidad con la que carga las páginas con javascript, igual o mas rápido que Opera, y el hecho que utilice la barra de navegación para todo: teclear las direcciones de las páginas Web, buscar palabras o revisar las webs visitadas. Dispone además de una función para navegar en modo incógnito, para que no se guarden las paginas visitadas en el historial, lo que puede resultar útil para leer el Marca en el trabajo (…). Exceptuando que no se le pueden añadir extensiones y temas, de momento, se puede considerar como un buen navegador.
Me puse a investigar y no tardé mucho en encontrar páginas en las que se contaban las maravillas del navegador, hasta el punto de que incluso la gente de Google había creado un tebeo en el que salen ellos mismos explicando las características del navegador. En las pruebas de rendimiento, Chrome va como un tiro, y en relación con la seguridad, según los resultados del evento de seguridad informática “Pwn2Own“, aparece como el más seguro de todos los navegadores, siendo el único navegador que no pudo ser vulnerado gracias a su sistema Sandbox, un mecanismo de seguridad utilizado para correr una aplicación en un ambiente cerrado. Su última versión logró obtener 79 puntos de un total de 100 en la prueba Acid3, mientras que el primer lugar lo ocupó Opera con 83 puntos, seguido de Google Chrome, Firefox 3 con 71 y por último Microsoft IE7 con tan solo 14 puntos. Dicen que la versión de Google Chrome que aún se encuentra en desarrollo ha logrado 100 puntos de 100.
Resumiendo, es rápido, sencillo de utilizar, bonito (según se mire), de código abierto y muy seguro, pero entonces, ¿qué pega tiene? Pues que siendo una aplicación de Google todo apunta a que de una forma u otra debe ser intrusiva como lo es su buscador, y efectivamente, si el buscador de Google recopila información de las búsquedas que realizamos, qué no va a hacer su navegador. Después de indagar en varios sitios averigüé que Google asigna un identificador único a cada Google Chrome descargado, de modo que ahora no solo recopilará información de las búsquedas que hacemos, sino que les podrá asignar un identificador de la persona que realizó dichas búsquedas, y no solo de las búsquedas si no que también de las url que escribimos el directamente en navegador. En definitiva, conoce todo lo que haces en la red.
Mención aparte recibe el Google Updater que se mantiene constantemente ejecutándose sin saber bien qué hace y sobre todo la información que se envía a Google de cuándo y dónde te has descargado el navegador (N.d.E. Matt Cutts hizo en su momento algunas aclaraciones al respecto). Aún en el modo Incógnito, Google Chrome es considerado como “demasiado invasivo” a la hora de gestionar la información sobre el usuario y su ordenador. La cuestión es que puede decirse que aunque Google Chrome aúna un buen conjunto de virtudes, no es tan perfecto como parecía, y prefiero no usarlo a tenerlo constantemente monitorizando mi actividad con el navegador.
Esto mismo debió pensar el gobierno alemán cuando empezó a desconfiar de Google y desaconsejo a los alemanes el uso del Google Chrome. Y puesto que Chrome es de código abierto, era lógico que con el tiempo empezasen a salir versiones mejoradas. Entre ellas, la primera de la que he tenido constancia, y que utilizo habitualmente, es una versión llamada Iron, desarrollada a partir del código Chromium por la gente de SRWare. Este navegador dispone de las mismas funciones, capacidades y limitaciones que Chrome, pero con la diferencia de que han sido desactivadas todos los aspectos considerados “delicados” en términos de privacidad. Esencialmente usa el código fuente de Chromium, con las siguientes modificaciones:
- No usa una ID única por usuario, con el que teóricamente Google podría identificar a un usuario.
- No envía información del usuario a Google.
- La información de errores no es enviado a Google.
- No usa el Google Updater, las versiones nuevas tienes que descargarlas a mano.
- No usa el rastreador de URL, que le permite saber a Google cuándo y de dónde descargamos Chrome.
En definitiva, a día de hoy sigo probando mis aplicaciones en todos los navegadores que existen hoy en día menos en el Google Chrome, ya que para eso ya hago uso del Iron de SRWare que permite una navegación menos controlada. ¿Una pega? Sí, claro: no es multiplataforma.
(N.d.E.) Como verán en los resultados que les muestro debajo, la participación en la encuesta de la semana pasada ha sido más bien escasa, lo que me gustaría pensar que es debido a que muchos lectores están ya de vacaciones (como verán, curiosamente feedburner, de Google, sigue teniendo problemas para contabilizar los lectores de Google Reader y iGoogle, aunque parece que dicho problema no afecta a los suscriptores). En cualquier caso, los 10 votos recibidos no permiten sacar demasiadas conclusiones, aunque parece que el robo de datos confidenciales y el defacement de la página web son las dos acciones con peor repercusión; parece lógico, ya que al fin y al cabo, suelen ser el tipo de noticias que le gustan a la prensa. Las otras no suelen tener mayor repercusión pública.
Para esta semana, la eterna cuestión de la antaño compañía del “Don’t be evil”.
Por lo demás, felices vacaciones a aquellos que las tengan. Tengan cuidado en la carretera y nos vemos, probablemente, el martes que viene.