(Aprovechando que estamos en Fallas, hoy les traemos una entrada sobre seguridad en Fallas, con su toque lúdico-festivo)
Hace unos años durante una de las “Mascletàs” que se producen todos los días del mes de fallas a las 14h en la plaza del ayuntamiento de Valencia, unos delincuentes atracaron un banco cercano a la misma plaza, utilizando obviamente el ruido y las vibraciones producidos por la mascletà para camuflar el ruido producido por la alarma del banco (hay una leyenda urbana que dice que las oficinas bancarias de la zona desactivan sus alarmas durante la mascletà) y sus propias armas.
Es poco probable que exista una alarma, sonora o silenciosa, que sea capaz de diferenciar entre una mascletà y un tiroteo; las alarmas de vibración quedan inutilizadas por las explosiones pirotécnicas y dado el gentío que se aglutina en la zona es fácil escabullirse entre la gente y pasar desapercibido.
Aunque las entidades bancarias hayan incluido mecanismos para dificultar los atracos, como cajas con apertura retardada y cajeros blindados, es imposible que se pudiera evitar un robo como ese; estoy convencido que las entidades bancarias simplemente confían en la estadísticas… y en cerrar a las 13h durante la “semana fallera” :-) para evitar los robos.
Otra de las cosas que trae el mes de fallas a Valencia son las calles cortadas pero cortadas de verdad; no es que alguien ponga una valla amarilla a la entrada de la calle, no. Es que además de las vallas amarillas, la calle tiene en el medio un monumento fallero, un escenario para las verbenas, dos churrerías y un casal fallero, así como varias decenas o centenas de vecinos disfrutando, cada uno a su manera, de la falla y de la fiesta.