Desde hace muchos años se viene hablando de la muerte de las contraseñas: Bill Gates afirmaba en 2006 que iban a morir en 3 o 4 años, IBM vaticinaba en 2011 que en menos de 5 años iban a ser sustituidas, y en el mismo sentido se pronunciaban en 2013 en la BBC cuando Apple añadía sensor de huellas a su iPhone.
Como veis a día de hoy, ninguno de esos presagios se ha cumplido y seguimos utilizando contraseñas para acceder a nuestros servicios digitales cada día. Pero aunque no se hayan cumplido totalmente, sí que están cogiendo fuerza varios mecanismos, herramientas y políticas que estoy seguro que en los próximos años darán mucho que hablar y “enterrarán” la concepción actual de las contraseñas en favor de métodos nuevos -o complementarios- de autenticarse con el número creciente de servicios digitales que utilizamos a diario.