Historias para no dormir

Mi hermano está en Alemania con una beca Erasmus, y hace unas semanas, aprovechando una visita de unos días, me pidió que le instalase Linux en su portátil HP que había comprado un par de meses antes, ya que lo necesitaba para hacer el proyecto. La idea pues era instalar un Linux y dejarlo preparado en dos días; no tenía mucho más tiempo. Dejemos claro antes de nada que cuando empezó, lo que mi hermano sabía de Linux y nada era casi lo mismo; lo que ha aprendido lo ha hecho a partir de algunos tutoriales y unos cuantos correos míos en plan de “para hacer esto, teclea tal cosa”, o “fíjate en el log este, que te pondrá tal cosa que te puede servir de ayuda”. Les advierto que esta entrada tiene poca relación con la seguridad en sí, pero es un tema que en el trabajo sale a menudo.

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Más Reglamento

A través del blog de Paloma Llaneza me entero de que la AEPD ha colgado en su página web el contenido de una jornada sobre el nuevo reglamento llevada a cabo el pasado 22 de abril, hace hoy exactamente un mes menos un día. Los videos, presentaciones y preguntas realizadas por los asistentes pueden encontrarlas en este enlace, y no me pregunten porqué apunta a una dirección IP y no a una url. Ya saben que eso son cosas de la Agencia…

Echelon, ¿para qué? (y dos)

Como apuntaban en un comentario anterior, es cierto que las medidas descritas y adoptadas por el gobierno estadounidense son, en cierto modo, la versión extendida del “Derecho de Admisión” de cualquier bar o discoteca: si quieres entrar en mi país, vas a tener que pasar por el aro, porque aquí soy yo quien pone las reglas. Dicho de otra forma, los EEUU tienen todo el derecho a hacerlo, teniendo siempre en cuenta que nosotros no somos ciudadanos estadounidenses (y por tanto sin derecho legítimo a opinar sobre las medidas aplicadas por otro gobierno soberano para la entrada en su territorio); si eso pasase en territorio nacional, otro gallo nos cantaría: al menos tendriamos el derecho a la pataleta.

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Echelon, ¿para qué?

Es posible que muchos de ustedes conozcan, hayan firmado e incluso entregado a sus trabajadores todo tipo de políticas sobre la protección de la información, tanto corporativa como datos de carácter personal: política de uso de Internet y email, política de cifrado, política de uso de activos corporativos, política de esto y política de aquello. A lo mejor, si han hecho los deberes, el personal técnico dispone además de procedimientos de borrado seguro y destrucción de soportes. Pero seguramente, lo que no tienen es una política o procedimiento de “ocultación de información”; claro que, ¿para qué querría usted esconder la información? ¿esconder? ¿de quién? ¿es que no es suficiente con cifrarla?

Pues bien, parece que ya no.

Si lo que Bruce Schneier cuenta es cierto —y no tengo ninguna duda de que lo es—, recientemente una corte de los EEUU aprobó el derecho de los agentes de aduanas a inspeccionar, en el sentido más amplio del término, cualquier portátil o dispositivo electrónico que el visitante lleve en su entrada al país. Es decir. Ponerlo en marcha, entrar en su cuenta de usuario, y hurgar, todo lo que les de la gana. Preguntando y todo; como era de esperar, el visitante tiene que colaborar, por lo que no sirve de nada que el disco esté cifrado. Claro que uno puede alegar desconocimiento, ignorancia o negarse a cooperar, pero no quiero ni pensar la cantidad de tiempo que pueden hacerle perder a uno, además de que podrían prohibirle el acceso al país y/o confiscarle el portátil. Y esto al parecer no es exclusivo de los EEUU. Sí, ya sé que probablemente los agentes de aduanas no son expertos informáticos, pero yo no me la jugaría porque probablemente destinen a ello personal especializado, tal y como está el nivel de paranoia hoy en día.

Así que vayan pensando en otro nuevo procedimiento, titulado “Cómo esconder la información”. Y mientras tanto, si piensan viajar a los EEUU por motivos de trabajo, busquen asesoramiento interno o externo, borren de manera segura toda la información que no necesiten, oculten de la mejor manera que puedan y sepan la que necesiten, aprendan a mentir y, por si las moscas, lleven el teléfono del abogado de la empresa en el bolsillo.

Y si viajan por motivos personales… no se lleven el portátil del trabajo.

[Nota: Me apunta rápidamente Toni Villalón que la solución a esto pasa por el uso de sistemas de ficheros esteganográficos, por lo que ya tienen nombre para su política: “Política de uso de esteganografía”. Eso no obstante lo dejaremos para otra entrada.]

¿Me van a investigar?

Ayer, mientras volvía de Madrid, recibí una llamada de una amiga en la que me decía algo alarmada que su empresa, con sede social en otra provincia, les había mandado una carta que debían firmar y a través de la cual autorizan a la empresa a investigarles y obtener todo tipo de datos médicos y sindicales sobre ellas. He de reconocer que dicho de esa forma, pensé en cualquier barbaridad, así que le dije que no firmase nada hasta que le echase un vistazo a la carta en cuestión.

Una vez “analizada”, ésta no es en realidad más que el formalismo de informar al trabajador de que se están tratando sus datos; seguramente el clima algo tenso de la oficina y algunas expresiones poco afortunadas ha provocado que su propósito se malinterprete. El texto en cuestión entra en finalidades, ejercicio de derechos ARCO, “cesión” de datos a empresas vinculadas accionarialmente, solicitud de consentimiento y otros. Básicamente, mi impresión es que la empresa de esta chica está abordando un proyecto de adaptación a la LOPD, y éste es un paso más que hay que dar. No obstante, caben varios peros a la comunicación realizada, que deberían servir de ejemplo para todo aquel que esté pensando en realizar una comunicación de tratamiento de datos a sus empleados.

En primer lugar, el lenguaje y las expresiones son en algunos casos muy desafortunadas. Frases como “la empresa recabará a lo largo de la relación laboral todos los datos de carácter personal que sean necesarios” o “el trabajador presta su consentimiento expreso […] para que cualquiera de sus datos de carácter personal, incluidos los sujetos a especial protección, puedan ser almacenados y utilizados por la Empresa” no son tranquilizadoras, y menos para personas que desconocen la LOPD y sus límites. Probablemente la expresión “aquellos datos estrictamente necesarios” hubiese sido igual de válida, y proporciona una mayor seguridad a quien lo ha de firmar. Para que se hagan una idea, el uso de “recabar” y la mención de datos de salud o afiliación sindical de los trabajadores, hacían que ella y sus compañeros pensasen que se estaba autorizando a la empresa a investigar al empleado por todos los medios necesarios.

En segundo lugar, hablar de cesión de datos a empresas vinculadas accionarialmente con la empresa tampoco tranquiliza, aunque sea para las mismas finalidades descritas. Sería deseable especificar qué empresas, o al menos a qué se dedican éstas; en mi opinión, si se trata de un grupo de empresas, lo más probable es que sea para la realización de la nómina y almacenamiento de los datos en los sistemas de la empresa (si fuese así, se trataría de un tratamiento de datos y no una cesión, por lo que tampoco sería necesario informar al empleado, pero puesto que existen otras finalidades, no está de más recabar consentimiento expreso), pero es mejor dejar las cosas claras, porque para personas que no tienen relación con el contenido de la LOPD, puede dar la sensación de que sus datos se van a vender, o a proporcionar a vaya usted a saber quién para vaya usted a saber qué.

Por último, al parecer nadie en la empresa se ha puesto en contacto con ellos para aclarar qué quiere decir exactamente este escrito; ni por qué deben firmarlo, ni qué pasa si no quieren firmarlo, ni qué es la LOPD ni para qué sirve; ni qué quiere decir todo eso de los datos de salud y afiliación sindical. Ni siquiera la persona que gestiona su delegación ha podido obtener explicaciones de la central. Aparte de que es necesario en muchos casos realizar formación sobre la LOPD (tanto para informar al empleado de qué se hace con sus datos, como para formarle en la gestión de datos de terceros a los que tiene acceso), no hubiese estado de más una circular alternativa, o una simple presentación por email, con formación sobre la LOPD. Eso hubiera evitado que mi amiga viese esto como una amenaza, en lugar de una comunicación de derechos y una obligación de la empresa, que es lo que en realidad es.

Resumiendo. Sin prescindir del necesario contenido formal, es muy importante que esa comunicación se realice de la manera adecuada, pero también que transmita las sensaciones e ideas que se pretenden: “Yo soy la empresa, y para poder pagarte la nómina, descontarte la cuota sindical, gestionar tu formación, o prevenir los riesgos laborales, necesito tener acceso a algunos de tus datos personales; datos que tendré que almacenar, y utilizaré para eso y para nada más. Que sepas que me comprometo legalmente a velar por su seguridad y que tienes una serie de derechos que puedes ejercer en todo momento”.

No hay que olvidar que, por muchas medidas de seguridad, normativas, y políticas que queramos implantar, el empleado es al fin y al cabo el eslabón más importante de la cadena: es el que utiliza, accede, modifica y gestiona los datos de clientes, de personal interno, de proveedores, etc. Así que sería muy importante que no fuese el más débil.

Confusiones

Hace un par de días, leía en el blog de Enrique Dans que al parecer, Microsoft ha proporcionado a más de 2,000 policias en 15 paises un pequeño dispositivo USB llamado COFEE (Computer Online Forensic Evidence Extractor) que contiene unas 150 herramientas, y que conectado a un equipo Windows en funcionamiento permite obtener fácil y rápidamente datos para un análisis forense: datos de actividad en Internet, registros, y contraseñas y datos cifrados con BitLocker, el programa de cifrado de Windows Vista (entiendo que obtendrá datos y contraseñas residentes en memoria volátil sin cifrar, aunque Internautas afirme sin más que “permite a los investigadores acceder a todos los documentos, incluso aunque hayan sido cifrados”).

Esto ha levantado al parecer un pequeño revuelo en Internet, y aunque no es mi estilo, he de afirmar que la ignorancia es muy atrevida. Personalmente, no soy ni amigo íntimo ni enemigo acérrimo de Microsoft; tiene sus cosas buenas, y sus cosas malas, básicamente como cualquier gran empresa; aquello de Don´t be evil pasó a la historia. Pero esta me parece, al contrario de lo que muchos opinan, una buena noticia, por mucho que algunos se hayan llevado las manos a la cabeza y hayan puesto el grito en el cielo invocado las libertades civiles.

No me extenderé demasiado porque este es un tema que me parece obvio. El dispositivo proporcionado es una herramienta de análisis forense para un sistema (Windows) que resulta opaco en muchos sentidos, y más para personal policial no siempre especializado en delitos tecnológicos. No es, por supuesto, una puerta trasera que pueda ser utilizada indiscriminadamente sin conocimiento del usuario. Tampoco permite hacer cosas que no se puedan hacer en otros sistemas, simplemente las aglutina y las facilita. Es simplemente algo que, utilizado bajo una orden judicial y presencialmente, permite obtener información del sistema rápida y sistemáticamente; como utilizar una cámara de fotos en el lugar de un asesinato, antes de que limpien la sangre.

Nada más y nada menos. ¿Ustedes qué opinan?

[Fuentes originales en NYT y Seattle Times]

Vísteme despacio que tengo prisa

Imaginen la siguiente escena, no sacada de ningún ejemplo real pero que seguro que podría aplicarse fácilmente a muchas empresas. Una mañana cualquiera, suena el teléfono en un Departamento de Sistemas cualquiera, y lo coge Miguel, un técnico cualquiera:

—Sístemas, ¿dígame?
—¿Sí? Hola, soy Juan Tévez, de Recursos Humanos. Verás, acaba de entrar una persona nueva al Departamento de Contabilidad y necesito que le déis algunos accesos.
—Aquí no hemos recibido ninguna solicitud.
—Ya, ya lo sé. Lo cogieron ayer y acaba de entrar, y el tema corre algo de prisa, por la auditoría financiera de la semana que viene. Tengo al director del Departamento Financiero dándome la brasa toda la mañana, así que qué quieres que te diga.
—Ya, pero ya sabes cuál es el procedimiento…
—Mira, te juro que te mando la solicitud dentro de un rato, pero necesito esos accesos ahora para que esta persona pueda ponerse a trabajar esta tarde.
—Bueno, no sé… Bien, vale, ¿qué necesita?
—Supongo que para empezar un PC y una cuenta de correo; se llama Andrés Martínez. En principio, de momento dale también acceso al módulo de Contabilidad de SAP y a las carpetas departamentales; Cristina López es de Contabilidad así que con que le des acceso a las mismas carpetas que ella, va sobrado para empezar. Como supongo que el PC tardará algo más, mándame las contraseñas de su usuario a mi email, que esta tarde se ponga en el equipo de María, y así vamos adelantando.
—¿A tu cuenta?
—Sí, Juan Tévez; imagino que habrá sólo uno. Dentro de un rato te mando el formulario con la firma del responsable y los accesos que necesita.
—Bien, que no se te pase, por favor.
—No te preocupes y muchas gracias.
—De nada, hasta luego.
—Hasta luego.

Click…

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Jornada de Seguridad: D. Jesús Rubí (comentarios acerca del nuevo RMS)

Como adelantamos en el anterior post, ayer tuvo lugar la jornada práctica organizada por S2 Grupo y Equipo Marzo, en la que diversos expertos comentaron los cambios legislativos más recientes en materia de Seguridad de la Información: LOPD, LISI y LSSICE. Como no podía ser de otra forma, a lo largo de esta y posteriores entradas comentaremos aquellos aspectos de cada conferencia que nos parecieron más reseñables; les invito a comentar todos aquellos aspectos que les parezcan interesantes o que incluso yo no pude captar. Para información más “oficial”, pueden consultar la web de la jornada en http://www.seguridad2008.es, de donde ya es posible descargar las presentaciones de las ponencias y realizar preguntas a los ponentes.

* * *

Si asistieron ustedes ayer a la charla del Sr. Rubí, Director General Adjunto de la AEPD, o han asistido a alguna en el pasado, sabrán lo difícil que puede resultar resumir una de sus ponencias, por el volumen y densidad de la información que proporciona, y la velocidad a la que lo hace; eso hace que sus conferencias sean extremadamente esclarecedoras en muchos aspectos interpretables de la aplicación de la LOPD y el RMS (¿llamado ahora RLOPD?), pero dificulta enormemente tomar notas; no es el lugar ni el momento para levantar la mano y decir aquello de “¿Por favor, podría ir un poco más despacio?”.

Puesto que como he indicado, no puedo proporcionarles una transcripción exacta de su conferencia, en la que dió un exhaustivo repaso al nuevo reglamento y a algunos de los criterios que se han seguido en su elaboración —dudas planteadas por la Comisión Europea, incorporación de política legislativa como protección de menores o la violencia de género, u omisiones como los ficheros no automatizados, entre otros—, intentaré reseñar algunos de los puntos que personalmente me parecieron más interesantes. Tengan presente que, en la línea de la propia agencia, la información que les proporcionaré a continuación es no vinculante, ha sido elaborada por mí a partir de lo escuchado en la citada conferencia y es por tanto susceptible de —espero que no— contener errores de interpretación o transcripción de lo dicho por el Sr. Rubí, por lo que no me hago responsable de posibles daños o perjuicios que puedan derivarse de su utilización. Sirva eso como disclaimer previo.

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Jornada de seguridad

Es posible que algunos de nuestros lectores, quizá aquellos que han llegado hasta aquí a través de la web corporativa de S2 Grupo, ya lo sepan, pero para aquellos que no, me gustaría informarles de que el próximo jueves 17 de abril, en la Universidad Politécnica de Valencia, organizamos junto con Equipo Marzo una jornada de seguridad que explorará (o lo intentará, al menos) los principales cambios legislativos que se han dado recientemente en este campo; como pueden imaginar, el título “Seguridad de la Información. Un nuevo marco legislativo; LOPD, LSSICE, y LISI.” no ha sido escogido al azar.

Puesto que no es mi intención repetir aquí el contenido de la página web que sirve de invitación a la jornada, sólo me queda recomendarles —como no podría ser de otra manera— la asistencia al evento; pueden consultar los detalles en la página web creada para el evento, y no olviden que aunque la inscripción es gratuita, es imprescindible para poder controlar el aforo (y por tanto necesaria para la asistencia).

Ya sé que no es un Beers&Blogs, pero estoy seguro de que algo interesante sacarán de todo ello.

Informe ENISA

A pesar de que hoy ya hemos publicado una entrada bastante extensa e interesante sobre VoIP, que recomiendo que no se pierdan, José Miguel me pasa el enlace a un informe publicado por la European Network and Information Security Agency (ENISA), que no quería dejar pasar. Sus autores son Ross Anderson, Rainer Böhme, Richard Clayton, y Tyler Moore, y el informe en cuestión lleva como título “Security Economics and the Internal Market” [pdf], con una longitud total de 114 páginas. Imaginarán que poco más les puedo contar hasta que tenga tiempo de analizar un poco su contenido, aunque por supuesto pueden echarle un vistazo ustedes mismos (que es la razón de esta entrada).

Por otro lado, y dejando de lado el tema de la seguridad, como probablemente saben, estamos en vísperas de las fallas valencianas, por lo que el próximo 19 de marzo es fiesta en Valencia (festividad de San José), que felizmente continúa con las festividades de Jueves Santo, Viernes Santo y Lunes de Pascua. Eso significa que en la capital del Turia únicamente es laborable el próximo lunes y martes, días en los que un servidor (editor y coordinador del blog, de ahí esta matización) está de vacaciones. Aunque intentaré habilitar un sustituto para la publicación de una entrada a principios de la semana que viene, no les puedo prometer nada ahora que las elecciones han acabado, así que si no lo consigo, pasen unas buenas vacaciones, aquellos que las tengan, y nos vemos aquí el próximo 25 de marzo.

Sean buenos. Ya saben que siempre hay gente mirando.