Desde hace un tiempo, cuando realizamos compras con nuestra tarjeta de crédito o débito, hemos dejado de firmar un recibo y ahora debemos introducir el número PIN de nuestra tarjeta en el TPV del comercio. Supongo que las entidades bancarias habrán introducido este cambio en la forma de pago por motivos de seguridad (digo yo), pero no estoy del todo segura de que con este nuevo método la seguridad se vea incrementada, dado que ahora tenemos que introducir el PIN de nuestra tarjeta delante de otros clientes, personal de los comercios, y cualquiera que esté próximo al TPV.
Con la firma, si alguien sustraía tu tarjeta, no podía ir al cajero y retirar efectivo de tu cuenta. Sin embargo, ahora no sólo puede hacerlo sino que muchos comercios asumen que al conocer el PIN tú eres el legítimo propietario de la tarjeta, y han dejado de pedir el DNI. Además, el hecho de haberse fijado en el PIN que ha tecleado otra persona puede “motivar” a algún desalmado a robar la tarjeta de alguien con quien ha coincidido en un comercio, ya que una vez se haga con ella, los obstáculos para acceder a sus ahorros han desaparecido.