La entrada de hoy martes es una colaboración de Javier Cao, un “clásico” del sector que no requiere demasiadas presentaciones. Para aquellos que no lo conozcan, Javier Cao es Ingeniero en Informática por la Universidad de Murcia, certificado CISA y posee los certificados de los cursos IRCA ISO 27001 e IRCA ISO 20000.
Su carrera profesional se ha desarrollado en torno a la gestión de la seguridad de la información desde sus comienzos, participando en diferentes proyectos relacionados en la norma ISO 27002, la continuidad de negocio y la protección de datos, tanto en el ámbito corporativo como en el privado. Actualmente es Director Técnico del Área de Seguridad de la Información de la empresa Firma, Proyectos y Formación dirigiendo diversos proyectos en el ámbito de la Administración Pública relacionados con el análisis de riesgos, la seguridad de la información y la continuidad de negocio. Asimismo, participa activamente en la difusión de la seguridad desde el ámbito de sus blogs personales: “Apuntes de seguridad de la información” y “Sistemas de Gestión Seguridad de la Información”.
Esperamos que les guste la entrada.
En el momento actual de inicio y expansión de sistemas de gestión de la seguridad de la información (en adelante SGSI), la principal preocupación es naturalmente lograr la construcción y establecer bien los procesos que permitan lograr construir el ciclo de mejora continua y certificar el sistema.
Sin embargo, conforme vayan pasando los años estos sistemas deben ir madurando para lograr verdaderamente satisfacer los objetivos establecidos por la Dirección. Uno de los grandes beneficios de implantar un sistema de gestión basado en ISO 27001 debe ser pasar de una “seguridad basada en sensaciones” a una “seguridad basada en datos de comportamiento” que permita mostrar y sobre todo, demostrar que las cosas se están controlando y se mantienen dentro de unos rangos de valores aceptables.
En este sentido, los criterios de gestión establecidos por la Dirección y que debieran estar referenciados en la Política de Seguridad de la Entidad, son el marco de trabajo para todas las personas involucradas de forma activa o pasiva, dentro de las actividades de operación, mantenimiento y supervisión del SGSI. Estas directrices generales son tanto el rumbo como las metas que el sistema de gestión debe lograr. Todo el esfuerzo de construcción y mantenimiento de un SGSI no se justifica si con ello no se logran determinados resultados; un SGSI tiene costes y por tanto, debe ser amortizado y rentabilizado lo máximo posible. Esto, dentro del ámbito de la seguridad, supone que las cosas deben funcionar con normalidad y los imprevistos, incidentes o accidentes deberán ser gestionados de forma correcta para minimizar los daños que pudieran producirse. Pero para lograr esto, es necesario justificar y demostrar con datos todo el esfuerzo que es necesario realizar para que las medidas de seguridad funcionen cuando hagan falta.
Partiendo de la célebre frase de Lord Kelvin (1824-1907), “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre“, un SGSI debe tener establecidos criterios de medición de la eficacia y la eficiencia como así establece la propia normativa en las cláusulas 4.2.2. Apartado e) y 4.2.3. Apartado b).
Para ilustrar esta faceta de la seguridad y como viene siendo tradicional dentro del blog “Security Art Work” voy a utilizar como símil de un buen modelo de seguridad la Fórmula 1 dado que creo se comparte un gran paralelismo en los enfoques de ambos mundos.