Hace unos minutos leía en elEconomista.es la siguiente información relacionada con Google Street View y los datos captados por los coches (se han corregido los errores tipográficos, abundantes al parecer por las intempestivas horas). El primer párrafo es introductorio, lo interesante son los otros dos (la negrita es del original, la cursiva mía):
El contrato firmado entre el buscador y Eurovendex, una filial de la empresa de trabajo temporal Adecco, para reclutar a los trabajadores que grabarían las calles, destapa la recogida y almacenamiento de información confidencial. En una de las cláusulas, y después de que las dos compañías reconozcan que van a grabar dicha información se establece, por ejemplo, que “Eurovendex se compromete a guardar la más estricta confidencialidad respecto de los datos personales que obtenga como consecuencia de la realización de los trabajos del presente contrato, así como de la veracidad de los mismos“.
[…]
Pero Eurovendex no es la única que firmó este tipo de cláusulas. Los propios conductores de los coches que llevaban las cámaras y que usaban las redes WiFi tenían exigencias parecidas en sus contratos personales. En uno de ellos, uno de los empleados deja firmado, por ejemplo, que “reconozco que Google ha recibido y recibirá en el futuro de terceras partes su información confidencial (…). Me comprometo a manejar esa información en la más estricta confidencialidad y no desvelarla a firma, persona o compañía alguna, ni utilizarla excepto en lo necesario para llevar a cabo mi trabajo para el cliente“. Los datos recogidos incluían información de identificación personal, con nombres, direcciones y teléfonos.