Hoy es primero de septiembre, y como les prometimos hace un mes, volvemos a la carga no sin los dedos y el ingenio algo atrofiados oxidados por el sol y la vida contemplativa que cuando hay suerte acompaña a las vacaciones; si la echan de menos, pueden seguir mirando la imagen de la siguiente entrada, aunque les aviso que es contraproducente. Por ello, me disculparán si comenzamos esta nueva temporada con una pequeña reflexión personal sobre el estado de la seguridad informática.
De un tiempo a esta parte, a nadie se le escapa que la seguridad informática ha comenzado a tener su pequeño rincón en los medios generalistas, saliendo de ese nicho geek en el que permanecía hasta hace poco. Presencia lógica por otra parte, derivada de a) la popularidad que Facebook, Tuenti, Twitter, e Internet en general van teniendo y b) de las preocupaciones sobre la privacidad, los datos personales, el comercio electrónico y etc. La consecuencia es que cualquier pérdida de datos, intrusión, robo de contraseñas/tarjetas de crédito o similar aparece al poco tiempo no sólo en Kriptópolis sino también en las páginas de tecnología de El Mundo y El País, por citar algunos dejemos aparte la exactitud con la que se abordan las noticias, que no es el tema de hoy. Por supuesto, las especificidades técnicas de los ataques siguen siendo terreno privado del personal especializado, y ni falta que hace que deje de serlo.