Cada vez que uno plantea en público, ya sea en este u otros blogs, dudas y cuestiones sobre las políticas de privacidad (y afines) de las compañías 2.0 “habituales”, tiene que hacer un esfuerzo por no acabar invadido por una terrible sensación de paranoia; ¿soy yo, o son ellos? ¿es normal tener dudas razonables, o soy simplemente un desconfiado? Ahora verán porque se lo pregunto. Les cuento.
Facebook cambió hace un par de semanas sus Términos de uso, que actualmente recogen esta interesante cláusula:
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