Tristes acontecimientos como los sucedidos en París tienen un gran impacto en la sociedad. Como efectos positivos, este tipo de desgracias suscitan que paremos nuestra rutina diaria para reflexionar sobre las causas y las repercusiones de estos lamentables sucesos. Se establece una ola de solidaridad global, muy intensa en los comienzos y que tendrá eco durante un periodo más prolongado.
De la misma forma que se realizan las reflexiones individualizadas y se convierten durante días o semanas en el foco de las charlas con amigos, compañeros de trabajo o familia, también los altos mandatarios analizan, reflexionan, consultan a sus asesores y sacan sus conclusiones. Entre las responsabilidades que están asociadas a sus roles están además las de decidir aquellas medidas que permitan evitar o disminuir los efectos que provocan dichos incidentes. Para eso han sido elegidos y esa una de las principales obligaciones de los gobernantes: proteger el país.